una aportación al estudio del cuento fang de ... - Nuestro Centro
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Tejuelo, Monográfico: Una <strong>aportación</strong> <strong>al</strong> <strong>estudio</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cuento</strong> <strong>fang</strong> … ISSN: 1988-8430.<br />
hermanos. Estos le aconsejaban que no escuchara a la princesa, pues quería hacerle caer<br />
en <strong>una</strong> trampa. Egueb se lo pensó seriamente durante unos días, y <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>cidió ir <strong>al</strong><br />
p<strong>al</strong>acio <strong><strong>de</strong>l</strong> rey, para casarse con su hija. Al <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> sus padres, les dijo que no se<br />
preocupasen por él. Se llevó a sus inseparables compañeros: el sombrero y la ebara<br />
(<strong>al</strong>forja). Después <strong>de</strong> un largo viaje, él y sus acompañantes fieles llegaron <strong>al</strong> p<strong>al</strong>acio <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
rey. Fueron recibidos con todos los honores y <strong>al</strong>ojados en lujosas habitaciones <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
p<strong>al</strong>acio.<br />
Mientras Egueb dormía profundamente por el cansancio <strong><strong>de</strong>l</strong> camino, entró la<br />
cruel princesa en su habitación y le robó el sombrero pensando que en él se encontraba<br />
el po<strong>de</strong>r misterioso <strong><strong>de</strong>l</strong> enemigo <strong>de</strong> su padre. Inmediatamente se lo llevó, y lo quemaron<br />
aquella misma noche.<br />
El rey y la traidora princesa, contentos y seguros <strong>de</strong> haber acabado con el po<strong>de</strong>r<br />
prodigioso <strong>de</strong> Egueb, convocaron a los reyes vecinos y a sus súbditos, para presenciar la<br />
ejecución <strong>de</strong> Egueb-Afoklong, que le había <strong>de</strong>spoblado el reino. Acudieron varios reyes<br />
y numerosos súbditos <strong><strong>de</strong>l</strong> rey.<br />
El día <strong>de</strong> la ejecución, <strong>al</strong> primer canto <strong><strong>de</strong>l</strong> g<strong>al</strong>lo, Egueb tomó su ebara, sacó <strong>de</strong><br />
ella <strong>una</strong> varita mágica con la que golpeó la tierra. Se hizo <strong>una</strong> gran<strong>de</strong> y hermosa cueva<br />
en la que se ocultó Egueb. Cuando abrieron las puertas <strong>de</strong> la prisión para sacar <strong>al</strong> reo, el<br />
sol envió unos rayos abrasadores que carbonizaron a cuantos <strong>al</strong>lí estaban.<br />
Egueb s<strong>al</strong>ió triunfante <strong>de</strong> la cueva. Regresó a su poblado, don<strong>de</strong> le proclamaron<br />
rey <strong>de</strong> los reinos cuyos reyes murieron abrasados. Se casó con <strong>una</strong> hermosa princesa.<br />
Tuvo muchos hijos y numerosos súbditos que vivieron felices y en paz durante muchos<br />
años.<br />
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