una aportación al estudio del cuento fang de ... - Nuestro Centro
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Tejuelo, Monográfico: Una <strong>aportación</strong> <strong>al</strong> <strong>estudio</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cuento</strong> <strong>fang</strong> … ISSN: 1988-8430.<br />
27. La envidia <strong>de</strong> <strong>una</strong>s hermanas.<br />
Era un pueblo muy <strong>al</strong>egre <strong>al</strong> que acudían a diario los habitantes <strong><strong>de</strong>l</strong> contorno.<br />
Todas las noches reinaba gran animación, especi<strong>al</strong>mente entre los jóvenes. Las jóvenes<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo constituían, por su belleza, la atracción <strong>de</strong> propios y extraños.<br />
De entre todas las muchachas <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo y su inmediaciones, había <strong>una</strong>, tan<br />
bella, simpática y atractiva que eclipsaba a todas las <strong>de</strong>más. Cu<strong>al</strong>quier joven que llegaba<br />
<strong>al</strong> pueblo ponía inmediatamente sus ojos en ella. Esta preferencia <strong>de</strong> que era objeto le<br />
acarreó el odio y la envidia <strong>de</strong> todas las compañeras y hasta <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> éstas.<br />
Todas las chicas <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo se confabularon contra ella y <strong>de</strong>terminaron matarla.<br />
Para ello organizaron un día <strong>de</strong> pesca (Mesama). La madre <strong>de</strong> la joven, conocedora <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
odio y <strong>de</strong> la envidia que las <strong>de</strong>más muchachas profesaban a su hija, le tenía prohibido<br />
s<strong>al</strong>ir en compañía <strong>de</strong> ellas, por lo que las otras estudiaron muy bien su plan.<br />
La llamaron amigablemente un día en que su madre había s<strong>al</strong>ido para otros<br />
menesteres, y ella, inocente e ingenua como era, se <strong>de</strong>jó convencer y, <strong>al</strong>egremente se fue<br />
en compañía <strong>de</strong> sus hermanas. Se confió tanto más, cuanto que todos los preparativos<br />
para la pesca, típicamente femenina, los hicieron sólo ellas.<br />
Llegaron <strong>al</strong> río y comenzaron a buscar un lugar don<strong>de</strong> podrían pescar mejor.<br />
Por fin encontraron uno en muy buenas condiciones y se dispusieron a iniciar la tarea.<br />
La bella jovencita se prestó, divertida, a llevar barro y p<strong>al</strong>os para apresar el agua (Meec).<br />
Una vez <strong>de</strong>tenida el agua, comenzaron a achicarla. Cuando la parte <strong><strong>de</strong>l</strong> río en que<br />
pescaban empezó a quedar seca, mandaron a la inocente joven que se sentase; entre<br />
tanto ellas cogieron buena cantidad <strong>de</strong> peces. Agotadas ya las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pescar<br />
más <strong>al</strong>lí, le mandaron que bajase <strong>al</strong> agua y, sin darle tiempo, se precipitaron sobre ella.<br />
La ataron como pudieron la metieron en uno <strong>de</strong> los boquetes abiertos para la pesca. Lo<br />
rellenaron con barro <strong>de</strong> la presa, cubrieron completamente a la infeliz y se marcharon<br />
contentas <strong>al</strong> pueblo por haber consumado su venganza.<br />
La pobre niña hizo esfuerzos sobrehumanos y <strong>de</strong>sesperados ante la proximidad<br />
<strong>de</strong> la muerte. Consiguió, únicamente, sacar la cabeza y los brazos, pero como tenía<br />
tanto peso encima, no se pudo librar <strong><strong>de</strong>l</strong> todo y comenzó a llorar a gran<strong>de</strong>s gritos.<br />
Cuando las crimin<strong>al</strong>es muchachas llegaron <strong>al</strong> pueblo, los padres <strong>de</strong> la hermosa<br />
joven les preguntaron por su hija. Ellas se hicieron las ofendidas, y aseguraron que no<br />
había ido con ellas, pues <strong>de</strong>bido a su reconocida hermosura, no se trataba con ellas;<br />
a<strong>de</strong>más, no era capaz <strong>de</strong> ir a ensuciarse <strong>de</strong> agua y <strong>de</strong> barro, como ellas. Incluso dijeron<br />
que había estado en otro río, con el fin <strong>de</strong> que perdiesen tiempo, en le caso <strong>de</strong> que<br />
pretendiesen ir a rescatarla. Otra <strong>de</strong> las muchachas manifestó que estaba segura <strong>de</strong> que<br />
había sido raptada por un pretendiente que le había s<strong>al</strong>ido el día anterior.<br />
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