una aportación al estudio del cuento fang de ... - Nuestro Centro
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Tejuelo, Monográfico: Una <strong>aportación</strong> <strong>al</strong> <strong>estudio</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cuento</strong> <strong>fang</strong> … ISSN: 1988-8430.<br />
25. Los tres <strong>de</strong>seos.<br />
Un hombre anciano tenía tres hijos: Ote, Elibobe y Ndo. Su mujer vivía en el<br />
río, así que cada vez que querían verla tenían que a<strong>de</strong>ntrarse en el agua.<br />
El hombre murió, y <strong>al</strong> cabo <strong>de</strong> un tiempo también murió su mujer. De manera<br />
que los tres chicos se quedaron solos, pobres y miserables. Hasta que, por fin, a Ote se<br />
le ocurrió <strong>una</strong> i<strong>de</strong>a: «Creo que <strong>de</strong>beríamos ir a ver a nuestros familiares <strong><strong>de</strong>l</strong> río para que<br />
nos ayu<strong>de</strong>n».<br />
Dentro <strong><strong>de</strong>l</strong> río encontraron a un tío suyo, también muy anciano, ¿que quiso<br />
ayudarles: «Os voy a dar este marfil; cada vez que <strong>de</strong>seéis <strong>al</strong>go, lo pedís golpeando el<br />
suelo con él; pero os advierto que solamente <strong>de</strong>béis hacerlo <strong>una</strong> vez».<br />
Los chicos regresaron a la orilla y prosiguieron su vida. Al cabo <strong>de</strong> un tiempo,<br />
Ote se cansó <strong>de</strong> vivir en la miseria, cogió el marfil y, golpeando el suelo con él, pidió<br />
tener <strong>una</strong> ciudad entera llena <strong>de</strong> coches. Al instante la ciudad apareció. Ote dio el marfil<br />
a Elibobe y se quedó a vivir en su ciudad.<br />
Elibobe se fue a otra parte, golpeó el suelo con el marfil y pidió <strong>una</strong> ciudad con<br />
luz eléctrica. La ciudad apareció y Elibobe dio el marfil a Ndo y se quedó en su ciudad.<br />
Ndo pidió <strong>una</strong> ciudad que flotara en el aire, y que solamente él, apretando un<br />
botón, pudiera permitir las s<strong>al</strong>idas y entradas por <strong>una</strong> esc<strong>al</strong>era. También le fue<br />
concedido.<br />
Un día, Ote cogió un coche y fue a visitar a su hermano Elibobe. Se dio cuenta<br />
<strong>de</strong> que aquella ciudad era mejor que la suya, así que se dirigió a Ndo y le pidió el marfil.<br />
Golpeó el suelo y pidió que su ciudad fuera más gran<strong>de</strong> y que tuviera más servicios. Al<br />
instante, la ciudad <strong>de</strong>sapareció y en aquel lugar se hizo <strong>de</strong> nuevo el bosque, lleno <strong>de</strong><br />
monos y gorilas.<br />
Ote recordó la advertencia <strong>de</strong> su tío, y comprendió la razón <strong>de</strong> su fracaso.<br />
Entonces se dirigió a la ciudad <strong>de</strong> Elibobe y le convenció <strong>de</strong> que él pidiera <strong>una</strong> ciudad<br />
más hermosa. De manera que también el segundo hermano volvío a la pobreza.<br />
Elibobe se enfadó mucho, y que quería matar a Ote. Pero éste le convención <strong>de</strong><br />
que lo que <strong>de</strong>bían hacer era intentar que también Ndo se arruinara, para volver a ser los<br />
tres igu<strong>al</strong>es.<br />
Al llegar a la tercera ciudad, Ndo se negó rotundamente: . Los tres<br />
hermanos se pelearon por esa negativa. Y, <strong>al</strong> fin, Ote y Elibobe se cayeron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo <strong>al</strong>to<br />
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