Iglesias relevantes

Consejos Pastorales
E l
Por: Elías Rodríguez
Éxito a la manera de Dios
diccionario de la Real Academia
Española define la palabra
éxito como:
1. Resultado feliz de un negocio,
actuación, etc.
2. Buena aceptación que tiene alguien
o algo.
3. Fin o terminación de un negocio
o asunto.¹
El éxito de acuerdo al mundo es
medido por los logros obtenidos, ya
sean éstos materiales, intelectuales o
sociales. Hoy día el éxito de algunos
es medido por la portada de ciertas
revistas. Si un hombre o mujer es incluido
en la revista Forbes o Fortune,
quiere decir que es parte de la élite de
personas más ricas o exitosas del planeta
Tierra. Las revistas de farándula
nos traen en sus portadas los actores,
actrices o cantantes de éxito del momento.
El éxito tiene hasta su escalera,
la cual induce o inspira a muchos
a subir, ya que mientras más alto el
peldaño en el cual uno se encuentra,
más grande será el mismo.
Pero ¿cómo es el éxito de acuerdo a
Dios? ¿Usa Dios las mismas normas del
mundo para medir el éxito? ¿Debe existir
en los líderes que Dios ha llamado la
misma presión que existe en los líderes
del mundo para triunfar?
El éxito depende de la obediencia
En primer lugar, debemos tener
claro que Dios no mide el éxito de la
misma manera en que nosotros lo
hacemos. Para Dios, el éxito comienza
con nuestra obediencia a Su Palabra.
Cuando Dios se dirigió a Josué para
hablarle acerca de la tarea que tenía por
delante, introducir a los hijos de Israel
en la tierra prometida, Él le dijo:
16 M e n s a j e r o A l a B l a n c a m a y o / j u n i o d e 2 0 0 9
1. Sólo te pido que tengas mucho
valor y firmeza para obedecer
toda la ley que mi siervo Moisés
te mandó.
2. No te apartes de ella para nada.
3. Recita siempre el libro de la ley y
medita en él de día y de noche.
4. Cumple con cuidado todo lo que
en él está escrito.
Dios fue enfático al decirle a Josué
que sólo haciendo esto él “tendría éxito
dondequiera que fuera, y que iba a prosperar
y a tener éxito” (Note que en estos
dos versos, Dios repite la palabra éxito
dos veces–Josué 1:7, 8, NVI). El éxito de
Josué estaría supeditado a su obediencia
a la Palabra de Dios. Aquí vemos un
cambio en la manera en que Dios iba
a tratar con Josué. A Moisés, Dios le
dio la ley y hablaba con él cara a cara,
pero a Josué lo iba a dirigir a través de
Su Palabra escrita. Sinaí había quedado
atrás, pero Josué tenía a su disposición
lo que Dios le había dado a Moisés en
la montaña. Dios quería establecer la
autoridad de Su Palabra escrita y la importancia
de ella como fuente de inspiración,
guía y gobierno.
La primera prueba para la obediencia
de Josué vino cuando Dios le
dio el plan para la conquista de Jericó.
Ningún estra tega militar se atrevería
a salir a conquistar una ciudad sólo
poniendo a su pueblo a dar vueltas
alrededor de la misma, exponiéndolos
al ataque del enemigo. El éxito de Josué
para conquistar a Jericó dependería de
obedecer al pie de la letra las instrucciones
de Dios, aunque él no las entendiera.
Es importante notar que parte
de las instrucciones para el pueblo era
mantener silencio durante los primeros
seis días, permitiéndosele gritar sólo el
último día cuando se diera la última
vuelta (Josué 6:10, 16). A pesar de lo