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La Familia Por: Carolina L. Tamayo
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de
quién temeré? Jehová es la fortaleza de
mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”
(Salmo 27:1).
“Porque él me esconderá en su tabernáculo
en el día del mal; me ocultará
en lo reservado de su morada; sobre una
roca me pondrá en alto” (Salmo 27:5).
“Aguarda a Jehová; esfuérzate, y
aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”
(Salmo 27:14).
“Porque yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis” (Jeremías 29:11).
C
uando era pequeña la casa
de mis padres se encontraba
en medio de un naranjal. Mi
habitación era la última de la casa y a
menudo yo escuchaba cosas que me
asustaban. En aquel momento yo no
entendía que eran meramente ruidos,
lo más probable creados por animales
o tal vez debido a la autopista que se
encontraba cerca de la casa. Mi mamá
solía explicarme esto y a menudo venía
a cantarme y a orar conmigo. Recuerdo
una noche en que me desperté, debido
a una pesadilla, y caminé hasta la sala
para compartir mi temor con mis padres.
Mi mamá me miró directamente
a los ojos y me dijo: “Muy bien. Sé lo
que debemos hacer”. Inmediatamente
procedió a su escritorio, tomó su Biblia
y una pequeña tarjeta. En esa tarjeta ella
escribió el Salmo 27:1. Desde ese día
en adelante yo leía el versículo antes de
acostarme, oraba y luego me dormía.
Sabemos que Dios nos ha dado la
Palabra viviente como un modelo de vida
y como respuesta a todas las cosas. El temor
es una manera común a través de la
cual nuestro enemigo trata de oprimirnos.
El enemigo quisiera aterrorizarnos a
tal grado que nos tornáramos incapaces
de confiar en el Señor. En la actualidad,
son muchos los que viven atados por el
temor. El mero hecho de mirar las noticias
por televisión nos enfrenta a una
gran cantidad de situaciones que pueden
infundirnos terror. De hecho, el temor es
tan prevaleciente en nuestro mundo que
como sociedad, hemos creado listas para
categorizar el tipo de miedo sufrido por la
persona. Existen aproximadamente 530
fobias que definen temor intenso a algo.
El mundo nos hace o desea hacernos vivir
“catalogados” de acuerdo a uno de estos
temores. Pero Dios nos ha dado instrucciones
diferentes. Mientras el mundo que
nos rodea yace en cuclillas atemorizado
esperando enfrentarse a lo peor, nuestro
amoroso Padre nos ha dado la promesa
de que Él sostiene nuestro futuro en Sus
manos y que nuestro futuro es uno lleno
de esperanza.
La realidad es que son muchos
los obstáculos que tratarán de lograr
que nuestros corazones palpiten atemorizados
debido a la preocupación
y el miedo. Estos temores pueden ser
el resultado de muchas cosas; sin embargo,
es importante recordar que no
importa la razón por la que puedas
sentirte atemorizado, necesitas entregarle
ese temor al Señor. De hecho,
en la Biblia encontramos más de 365
escrituras que nos dicen que no debemos
temer. ¡Trescientos sesenta y cinco
versículos! La misma cantidad de días
que tiene un año. Eso no es una coincidencia.
El Señor sabía que como humanos
nos enfrentaríamos al temor,
por lo cual tendríamos necesidad de Su
dirección y paz en nuestras vidas.
Entonces, ¿cómo nos movemos del
temor a la vida de esperanza y seguridad?
Existe un antiguo himno que dice: “¡Bendita
seguridad, Cristo me pertenece!” ¿Es
esto cierto en tu vida? Tenemos esta perfecta
seguridad a través de la salvación
que Dios nos ha otorgado. No tuvimos
que hacer nada para recibir esta seguri­
dad. De hecho, yo soy incapaz de crear
paz para mi vida aun si lo tratara. Es sólo
a través del gran amor de Dios y del sacrificio
de Su Hijo que recibimos esa “paz
que sobrepasa todo entendimiento”. La
única manera que tenemos de sentir esta
paz es estando cerca de Él. Lo único que
necesitamos hacer es buscar Su rostro.
Según nos acerquemos al Príncipe de Paz
encontraremos más paz para nuestras
vidas. Recuerde que si no conocemos al
Señor no podemos confiar en Él. Según
vemos Su mover en nuestras vidas, protegiéndonos
y bendiciéndonos, sabremos
que no existe nada de lo que tengamos
que temer.
La Familia
Mensajero Ala Blanca
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P.O. Box 2910
Cleveland, TN 37320­2910 EUA
Atención: Carolina L. Tamayo
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