Iglesias relevantes

mientras andemos por este camino
no nos a rraiguemos en ningún punto
por completo, mucho menos que nos
pongamos en peligro al bloquear la
nueva revelación y entendimiento
de Dios. Su revelación es a menudo
como un mosaico; lo obtenemos pieza
a pieza hasta el día en que finalmente
completamos el diseño. El momento
histórico de la revelación y verdad,
que Dios tan amablemente ha dado a
este cuerpo, puede ser descrito como
peldaños (no elementos completos y
permanentes) en nuestro progreso hacia
Él. Mientras estemos expuestos, y
nuestro pensamiento y entendimiento
tradicional sean desafiados por una
interpretación más amplia o mejor
de la Escritura, será importante mantener
una mente abierta para llegar
a un entendimiento más completo
de Cristo y Su Palabra. Si podemos
mantener la postura de que vemos
“a través de un espejo, oscuramente”,
la opinión y entendimiento de otros
creyentes sinceros podrá ayudarnos
a ver las cosas de una manera más
completa. Para algunos de nosotros
esto significa un cambio completo de
entendimiento y de ver las cosas. La
frustración y el dolor que podemos
experimentar valen la pena si con
ello comenzamos a ver el camino de
Dios de manera más perfecta. El tema
del engaño a menudo surge en estas
situaciones. Sin embargo, si somos
creyentes sinceros (siendo este el caso
de los creyentes que más profesan la
fe) y si queremos conocer más a Dios
de manera sincera, podemos estar seguros
de que Él nos dará lo que pedimos…
no obtendremos una piedra en
lugar de un pan, ni una serpiente en
lugar de un pez porque nuestro Padre
quien es fiel sólo nos dará lo mejor y
lo que Le glorifique a Él (véase Lucas
11:11). Un cambio en nuestra manera
de entender las cosas no es solamente
bien recibido sino también necesario
porque “vemos por un espejo, oscuramente”.
3. Conocer y entender lo que es
importante
En alguna parte de su investigación,
el ahora fallecido Dr. Walter Martin, autor
de “The Kingdom of the cults” (El
reino de las sectas) descubrió que más
del 90% de las iglesias cristianas están
de acuerdo con las doctrinas fundamentales
de la Biblia. Estas doctrinas
se refieren a quién es Dios, la deidad, el
sacrificio supremo y vicario de Cristo,
Su resurrección, la infalibilidad de la
Palabra de Dios y la condición depravada
de la humanidad con su condena
subsiguiente y su deseo de redención.
Dicho de manera sencilla, estas son las
cosas que nos llevan a la salvación y nos
dan entrada al cielo. Hechos 4:12 nos
dice que no hay otro nombre debajo del
cielo, dado a los hombres, en que podamos
ser salvos. Jesús es el único camino,
la verdad y la vida. Nadie tiene acceso al
Padre si no es por Él (véase Juan 14:6).
No tenemos que pasar con notas sobresalientes
un examen de teología para entrar
al cielo, pero sí tenemos que aceptar
a Jesús como nuestro Salvador personal.
Un recién nacido en Navidad puede no
tener conocimiento de la Biblia pero sí
califica para entrar al cielo.
Si la estadística anterior es verdadera,
existe un 10% de desacuerdo sobre
las doctrinas fundamentales. ¿Entonces
por qué existe una masiva división denominacional
dentro de la cristiandad?
Podemos deducir con seguridad que
no son las doctrinas fundamentales o
esenciales las que nos han dividido. A
menudo existen convicciones/revelaciones
personales o colectivas, interpretaciones,
ideas características, estilos de
liderazgo, llamados ministeriales e incluso
un entendimiento inapropiado de
lo que Dios nos ha dado.
La Biblia claramente enseña que
debemos ser “solícitos a guardar la
unidad del Espíritu en el vínculo de
la paz” (Efesios 4:3). Mateo 5:9 dice:
“Bien aventurados los pacificadores, porque
ello s serán llamados hijos de Dios”.
Cuando no existe conflicto, no hay
necesidad de paz, esto está ya predeterminado.
Sin embargo, la amonestación
de guardar la unidad del Espíritu
en el vínculo de la paz significa que la
unidad será cuestionada. Los conflictos
a menudo surgen en asuntos sin importancia.
Son simplemente nuestras
preferencias o convicciones personales.
Algunas cosas (como las esenciales)
merecen la pena…otras no. Como
tal, debemos aclarar lo que realmente
importa y escoger nuestras batallas
cuidadosamente. La Biblia claramente
enseña que esencialmente debemos
tener unidad (Efesios 4:4­6). También
enseña que tenemos gran libertad y que
en lo que no es importante debemos
practicar la libertad. Debemos permitir
que la libertad viva por nuestras propias
convicciones sin prejuicio y sin presionar
a otros hacia ella. Pero en todas las
cosas, el amor debe ser la fuerza impulsora.
El amor nos ayudará a entender a
aquéllos que no conocen lo importante
y nos dará la gracia y la paciencia para
tolerar a aquéllos que se toman la libertad
con la que no nos sentimos cómodos.
Dicho de una manera sencilla,
debemos tener unidad. En las cosas que
no son importantes debemos practicar
la libertad, pero en todo debemos demostrar
amor. Es importante conocer
lo que realmente importa. Es posible
guardar la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz aun cuando no vemos
la importancia en el asunto. Si mantenemos
un espíritu y actitud correcta,
nos abrimos a la revelación y al entendimiento
de Dios (Efesios 3:15). Siempre
debemos mantener la vanguardia
en lo que es necesario para la salvación.
En todas las demás cosas debemos
practicar el respeto, la tolerancia y la
flexibilidad.
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