Iglesias relevantes

¿Ponemos en práctica lo aprendido
en la iglesia? ¿Lo hacemos relevante
en nuestras vidas? ¿Nos reunimos
a adorar a Dios para celebrar
nuestra redención y para recordar
que no se trata de nosotros? ¿Cómo
transmitimos esto una vez salimos
de la iglesia? ¿Duermen nuestra fe y
nuestras creencias durante la semana?
¿Cómo aplicamos lo aprendido en la
vida diaria? ¿Será solamente predicar
lo que se espera de nosotros?
Desde los tiempos antiguos, hay
personas practicantes de una fe semanal,
creyendo que con una simple asistencia
a la iglesia cumplen con Dios.
Estas personas creen que con asistir
el domingo llenan todo un “currículum”
de fe. Existen otros que asisten
ocasionalmente y creen que como el
camello, el cual almacena agua en su
estómago por determinada cantidad
de tiempo ya que la necesitará en su
largo trayecto, también “almacenan”
fe para el resto de la semana. Digamos
que hacen una cita semanal, pero están
lejos de hacer un compromiso.
Hay un sinnúmero de excusas
Por: Ruth Aponte
para la no asistencia sistemática a
las reuniones en la iglesia: el trabajo,
los estudios, los hijos, la distancia, el
marido, la mujer, etc. En casos extremos
es sentirse muy preparado y no
necesitar asistir con tanta frecuencia
olvidando lo dicho por el escritor
de Hebreos 10:25: “No dejando
de congregarnos, como algunos tienen
por costumbre, sino exhortándonos; y
tanto más, cuando veis que aquel día
se acerca”. Pero, ¿hasta que punto deben
ser consideradas como válidas?
El salmista dice en el Salmo 84:1, 2:
“¡Cuán amables son tus moradas, oh
Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma
y aun ardientemente desea los atrios
de Jehová”. El Salmo 122:1 también
nos dice: “Yo me alegré con los que me
decían: A la casa de Jehová iremos”.
¿Dónde está el gozo de asistir al lugar
dedicado a la adoración pública, a gozar
de la íntima comunión en la casa
de Dios para disfrutar del amor fraternal?
El verdadero creyente que es
discípulo de Cristo, sigue fielmente
a su Maestro, se compromete con
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