09.05.2013 Views

Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional

Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional

Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Luego, salieron por la izquierda los míos, con Losada a la cabeza. No hubo apenas resistencia y en seguida<br />

mandaron a <strong>de</strong>cir que se habían ocupado los parapetos, a<strong>un</strong>que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ellos no se veía carretera <strong>de</strong><br />

ning<strong>un</strong>a clase.<br />

Yo fui <strong>de</strong>stacado, con tres máquinas, a pasar la noche allá. Estaban bien acondicionados los parapetos en<br />

tantísimo tiempo <strong>de</strong> ocupación pacífica por los rojos. Leí muchísima prensa roja y <strong>de</strong>sprecié bastantes<br />

novelas pornográficas (los parapetos estaban sembrados <strong>de</strong> femeninas prendas íntimas) y vi el cadáver <strong>de</strong>l<br />

único flamenco que había hecho cara a la seg<strong>un</strong>da Ban<strong>de</strong>ra.<br />

El capitán Rivera, jefe <strong>de</strong> la posición, me enseñó orgulloso el recuerdo <strong>de</strong> la acción; la entrada y salida <strong>de</strong><br />

<strong>un</strong> balazo que le atravesó el bolsillo <strong>de</strong>l pantalón. Luego, dormimos tranquilamente; casi tranquilamente,<br />

porque a la media noche se oyeron <strong>un</strong>os bombazos lejanos. Eran los, <strong>de</strong> Ifni, que habían dado con la<br />

carretera y con <strong>un</strong> camión que por ella circulaba; y lo hicieron migas. Pero dije a Purroy que aquello no me<br />

interesaba y, dando media vuelta, reanudé mi sueño.<br />

* * *<br />

Después dé esta insulsa operación, volvimos a la Masía <strong>de</strong> Toyuela, don<strong>de</strong> en compañía <strong>de</strong> los <strong>de</strong> Asalto,<br />

formamos la retaguardia <strong>de</strong> la famosa columna que<br />

estaba reconquistando la sierra <strong>de</strong> Albarracín, durante tres o cuatro días.<br />

El capitán Rivera los aprovechó bien, pues la caza ab<strong>un</strong>daba; y, sobre colchas "habilitadas para manteles"<br />

(os haría gracia ver el ingenio que <strong>de</strong>spliegan los<br />

cocineros <strong>de</strong> la Ban<strong>de</strong>ra para improvisar servicios en el campo), comimos varias perdices y algún conejo.<br />

El capitán Pastor no pudo <strong>de</strong>dicarse a sus cacerías <strong>de</strong> caracoles, porque no los había; tampoco yo hice<br />

versos, porque las tres o cuatro carrascas <strong>de</strong> aquella finca triguera no inspiraban lo más mínimo.<br />

Luego, <strong>un</strong>a tar<strong>de</strong>, llegó <strong>un</strong> comandante <strong>de</strong> Estado Mayor y tuvo cabil<strong>de</strong>os con nuestro comandante. Al día<br />

siguiente teníamos "pan<strong>de</strong>ra". Una pan<strong>de</strong>ra sin <strong>un</strong> solo tiro, pero pesada si las hay.<br />

Salimos a la madrugada, y durante todo el día, sin más parada que <strong>un</strong>a media hora que invertimos en<br />

comer al pie <strong>de</strong> <strong>un</strong> pino, recorrimos la sierra, concienzudamente. Al anochecer oímos tiroteo lejano y, sin<br />

resistencia, entramos en Torres <strong>de</strong> Albarracín.<br />

Nos recibieron con bastante entusiasmo. A mí me besó (no lo digáis a mi mujer) <strong>un</strong>a vieja; y en compañía<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong> Asalto (que llegaron por la carretera) nos hicimos los amos <strong>de</strong> aquel pueblo, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

principio <strong>de</strong>l Glorioso Movimiento era feudo rojo.<br />

El capitán Pastor requisó todo el material <strong>de</strong> <strong>un</strong> hospital rojo, don<strong>de</strong> la mayor parte <strong>de</strong> la terapéutica estaba<br />

orientada a las enfermeda<strong>de</strong>s venéreas, por extraña coinci<strong>de</strong>ncia; y nos instalamos bastante cómodamente.<br />

No hubo nada <strong>de</strong> mención en los cinco días que estuvimos allí; tan sólo es digno <strong>de</strong> contarse que Demetrio<br />

adquirió <strong>un</strong>a bicicleta por la <strong>de</strong>spreciable suma <strong>de</strong> ¡dos cincuenta!<br />

Y, como nos hacía mucha falta, nos enviaron a Zaragoza para reorganizarnos. Las operaciones <strong>de</strong><br />

Albarracín tocaban ya a su término. Y, como ya dije, las filas <strong>de</strong> la seg<strong>un</strong>da Ban<strong>de</strong>ra estaban muy<br />

clareadas; según me dijo Losada "nos sobraron" diez o doce bajas para pedir la Laureada, que exige <strong>un</strong> 33<br />

por 100, sólo en la toma <strong>de</strong> Albarracín.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!