09.05.2013 Views

Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional

Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional

Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

oca con Sidol) le arreó <strong>un</strong> puñetazo a <strong>un</strong> rojo que quedó en el parapeto. Luego, el rojo ya prisionero, juró y<br />

perjuró que "aquel chichón" se lo habían hecho con <strong>un</strong>a bomba <strong>de</strong> mano.<br />

Cogimos cuatro ametralladoras rusas; toneladas <strong>de</strong> m<strong>un</strong>ición, fusiles, prisioneros y muertos. Los tres<br />

capitanes daban voces para montar inmediatamente <strong>un</strong> servicio en previsión <strong>de</strong>l contraataque; pero los<br />

legionarios andaban muy atareados "requisando". Yo contemplaba extasiado las nuevas ametralladoras,<br />

con las que contaba surtir "mi" Compañía.<br />

Muy <strong>de</strong>prisa <strong>de</strong>bieron huir los bísinios, porque a la media hora <strong>de</strong> ocupar nosotros la posición, la artillería<br />

roja nos empezó a obsequiar con <strong>un</strong> bombar<strong>de</strong>o que nos hizo varias bajas. Yo <strong>de</strong>jé emplazadas tres<br />

máquinas, que juzgué suficientes para guarnecer la posición, y di ór<strong>de</strong>nes para recoger y trasladar a<br />

retaguardia todo lo sobrante. Palacios, que acudió en seguida con "la pelota", se llevó cuidadosamente<br />

ocultas (para hurtarlas al Servicio <strong>de</strong> Recuperación, y que me perdone el comandante Frutos esta<br />

revelación <strong>de</strong> "acusica"), entre mantas y otros objetos inofensivos, las cuatro máquinas rusas, <strong>de</strong> las que en<br />

el parte figuraron dos, que entregamos, y las otras dos hacen <strong>un</strong> magnífico servicio a la Ban<strong>de</strong>ra.<br />

Yo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> capitán, era furriel; tenía que ocuparme <strong>de</strong> dar <strong>de</strong> comer a la gente. Y me fui hacia Bezas<br />

para disponerlo todo, con los <strong>de</strong> morteros. A<strong>un</strong> pu<strong>de</strong> ver y "disfrutar" gran parte <strong>de</strong>l bombar<strong>de</strong>o, y asistí al<br />

"nacimiento" <strong>de</strong> Losada, que pasó <strong>un</strong>os minutos horribles, tumbado en el suelo y bordado por explosiones<br />

<strong>de</strong>l 12'40.<br />

Volvimos a Bezas por la carretera que habíamos <strong>de</strong>jado ya expedita, y encontré a Galera en el "cinturón <strong>de</strong><br />

hierro". Llamábamos así a <strong>un</strong>as imponentes fortificaciones que los rojos habían construido mirando hacia<br />

Campillo, <strong>de</strong> cuya parte temían el ataque; tanto que los prisioneros <strong>de</strong>cían:<br />

—"¡No hay <strong>de</strong>recho; nos matamos <strong>de</strong> trabajar en las fortificaciones y nos entran por la espalda...!"<br />

Allí estaban Galera, como digo, con su ayudante capitán Colomer y <strong>un</strong> comandante <strong>de</strong> Estado Mayor que<br />

había oído, sin duda, algo <strong>de</strong> ametralladoras y que me registró el carromato (requisado en el campo),<br />

don<strong>de</strong> traía yo mis morteros.<br />

En la molo <strong>de</strong> la Ban<strong>de</strong>ra fui a Bezas y arreglé la comida. Y, como me apetecía seguir viendo la guerra, me<br />

volví con Galera, dándomelas <strong>de</strong> capitán y atreviéndome a comentar con él la operación. Me utilizó como<br />

enlace y llevé <strong>un</strong> parte al capitán <strong>de</strong> Caballería.<br />

Por la noche, los roquetes nos relevaron en la posición y toda la Ban<strong>de</strong>ra se re<strong>un</strong>ió en Bezas, don<strong>de</strong> nos<br />

reímos lo in<strong>de</strong>cible leyendo la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

los rojos, pues les cogimos el buzón, con toda la que aquel día habían recibido y pensaban remitir.<br />

El comandante Frutos encontró <strong>un</strong>a carta, que al capitán rojo le dirigía su "compañera", Decía, refiriéndose,<br />

sin duda, a pasadas operaciones:<br />

—"No sé cómo dices que no ha pasado nada y has perdido hasta la f<strong>un</strong>da <strong>de</strong> la pistola".<br />

Y otra <strong>de</strong> <strong>un</strong> miliciano a su familia:<br />

—"Estoy entrenándome, para llegar el primero en la próxima retirada".<br />

Yo también escribí a mi familia. Sin darle importancia a la operación, que me había parecido intrascen<strong>de</strong>nte.<br />

- "Hoy hemos tenido <strong>un</strong>a chapucilla, que no sé si figurará en el parte".<br />

¡¡Ya lo creo que figuro!! En cualquier periódico <strong>de</strong> aquel día podéis verlo.<br />

Y tuvimos la satisfacción <strong>de</strong> que el propio Generalísimo nos felicitase en <strong>un</strong> expresivo telegrama. Me<br />

acosaron todos, dándome bromas sobre "lo que yo llamaba chapucilla". ¡Un caso <strong>de</strong> Medalla Militar!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!