Memorias de un Alférez Provisional - Zona Nacional
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inicia <strong>un</strong>a pirueta.<br />
Allá sallaron las vías.<br />
Más abajo, la cal<strong>de</strong>ra<br />
va <strong>de</strong>spidiendo el vapor<br />
como monstruo que ja<strong>de</strong>a.<br />
Pronto volví a la realidad. Una voz quejumbrosa y fuerte me llamaba por mi nombre. Los gritos salían <strong>de</strong> <strong>un</strong><br />
montón <strong>de</strong> astillas, que antes fue pasillo <strong>de</strong> nuestro coche.<br />
- ¡<strong>Alférez</strong> Cavero, alférez Cavero!"<br />
Reconocí la voz <strong>de</strong>l fiel Demetrio; a tientas di con él. Estaba preso por varios hierros y astillas; y gritaba<br />
porque (luego lo supe) tenía <strong>un</strong> fémur y <strong>un</strong>a clavícula partidos. Con las manos no podía hacer nada; corrí,<br />
pidiendo <strong>un</strong> pico, <strong>un</strong>a bayoneta..., cualquier cosa. Pero teníamos que ocuparnos <strong>de</strong> algo más interesante;<br />
los capitanes (a excepción <strong>de</strong> Montojo, que se había dado <strong>un</strong> serio corte en el brazo, al romper el cristal <strong>de</strong><br />
su ventanilla) daban voces llamando a sus oficiales para re<strong>un</strong>ir la gente. También Villa estaba herido, y yo<br />
era, por lo tanto, quien tenía que ocuparse <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Ametralladoras.<br />
Pronto recibí la primera noticia. Un acemilero (que dormía plácidamente con los mulos encargados a su<br />
custodia, y que lo único que vio es que se abría la puerta y que los mulos saltaban a la vía) llegó corriendo<br />
hasta la cabeza <strong>de</strong>l tren. Traía <strong>un</strong> pañuelo <strong>de</strong>splegado en la mano y gritaba a pleno pulmón:<br />
"¡Alto el tren; que se han caído mis tres mulos!"<br />
Corrí a los vagones que ocupaba !a sexta Compañía. A<strong>un</strong> encontré por el camino <strong>un</strong> legionario que daba ]a<br />
nota cómica en medio <strong>de</strong> aquel <strong>de</strong>sastre. Le cogió el <strong>de</strong>scarrilamiento en cierto lugar reservado; y corría por<br />
la vía llevando <strong>un</strong>ida a su parte posterior la taza <strong>de</strong>l retrete, que se le había empotrado en el encontronazo.<br />
Luego se la rompieron con <strong>un</strong> pico.<br />
Juanito Villarreal estaba ya en f<strong>un</strong>ciones.<br />
¡A formar las Compañías!<br />
Los heridos en ca<strong>de</strong>na<br />
van pasando, poco a poco,<br />
al auxilio <strong>de</strong> la Ciencia.<br />
La serenidad se impone,<br />
que somos hombres <strong>de</strong> guerra.<br />
Cuando volví, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> formar a mi Compañía y establecer cuatro máquinas (así me lo mandó Mayoral)<br />
en los extremos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scarrilado tren, para evitar sorpresas, ya habían sacado a Demetrio y me habló más<br />
tranquilo. Montojo estaba herido <strong>de</strong> alg<strong>un</strong>a gravedad; menos graves Fernán<strong>de</strong>z-Villa, Plake (el subteniente<br />
alemán que habla en susurro) y hasta treinta legionarios. Y habían muerto: Orrios, el subteniente Holgado y<br />
el sargento <strong>de</strong> Ingenieros, jefe <strong>de</strong>l tren, con cinco legionarios más.<br />
El Pater (ratoncillo eclesiástico, como siempre), corría <strong>de</strong> aquí allá, atendiendo a todo y a todos; lo mismo<br />
repartía absoluciones que vendaba heridos. Y como rittornello (es <strong>un</strong> verda<strong>de</strong>ro enamorado <strong>de</strong> la Legión)<br />
repetía a todo el que quisiera escucharle:<br />
—"Ha sido <strong>un</strong> <strong>de</strong>scarrilamiento a modo: ¡¡Verda<strong>de</strong>ramente legionario!!”<br />
Y tan "legionario". Si queréis cercioraros, pedid a Coloma que os enseñe las fotos que al amanecer obtuvo.<br />
Yo recordé cierta obra <strong>de</strong> Rambal (espectáculo y misterio) que viera en mis moceda<strong>de</strong>s; y <strong>de</strong>cidí que<br />
Rambal era <strong>un</strong> artistazo imitando <strong>de</strong>scarrilamientos.<br />
Al hacerse <strong>de</strong> día pudimos pensar que allí no había pasado nada. El clarear nos sorprendió con las<br />
Compañías formadas, el material <strong>de</strong> ametralladoras aparcado y los heridos evacuados ya a Alba,<br />
pueblecillo inmediato. Pronto llegaron los camiones y las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l Estado Mayor.<br />
—"Que se apeen <strong>de</strong>l tren inmediatamente y que sigan a Santa Eulalia".