Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...

Corazón, amor... o... impulso, obsesión.
Cariño, libertad... o... locura, posesión.
Dime pequeño, cómo llamo a esa historia que existió entre tú y yo.
Si yo era tu niña, tu vida, si constantemente me repetías, que sin mí no podías
estar, si me decías que me amabas y que nada ni nadie nos iba a separar. Si a cada
momento me extrañabas, me abrazabas sin cesar, me susurrabas que me adorabas y
que a mi lado se encontraba tu felicidad.
Avanzábamos por un mismo camino, nunca nos cansábamos de luchar, por
conseguir esa constante alegría que no permitía anidar oscuridad.
Soñaba mi vida contigo, crecer a tu lado cada día, que mi corazón sintiera
el tuyo cada instante y mi alma de la tuya no se apartase.
¿Por qué te cansaste de andar a mi vera y echaste tus alas a volar?, ¿por
qué buscaste un mundo diferente, y dejaste de soñar?
Si nuestras esquinas estaban llenas de flores, ¿por qué las suprimiste por un
puñal? ¿Por qué dejaste de quererme?, ¿por qué me terminaste de amar?
¿Y por qué la verdad de todo este reproche, la anidé tan tarde, tan fatal?
Mi ilusión se convirtió en una continua duda, mi felicidad se transformó en
una insistente furia, mi confianza se suprimió por unos incontrolados celos, mi cariño
lo invadió una enorme terquedad.
De tu libertad hice una insoportable posesión. A tu corazón lo perdí por mi
fatídica obsesión.
Cartas a un Maltratador 21