Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...

Me muero de dolor, había demasiado amor como para darme cuenta de lo
que hacías. Raúl y Lorena te esperaban en tu habitación, les temblaban las piernas,
las manos, se les nublaban los ojos, su rostro se ponía pálido por la incertidumbre que
sentían por como les ibas a recibir. Ellos esperaban que les dieras un beso como los
demás padres hacían, sin embargo, recibían una brutal paliza. Yo siempre lo intentaba
evitar, pero yo también la recibía. Lo evitaba hasta que un día fue demasiado
tarde. Sólo espero que Lorena, allá donde esté, logre perdonarte, pero debes comprender
que es un poco difícil. Fue un golpe muy duro para nosotros, pero tú no sentías
ningún dolor y mucho menos arrepentimiento. Tu indiferencia me sorprendía.
Siempre pensábamos que era tu manera para demostrar que nos querías.
Mi vida era un abismo, yo te di mi confianza y tú me traicionaste, ¿qué pasó?...
Yo no he podido entender porqué lo hacías, ni que sentías para tener tanto
valor como para hacerlo.
Siempre te basabas en decir que lo hacías sin querer, que te perdonáramos,
y nosotros lo hacíamos, e incluso nos sentíamos culpables. Pensábamos que te arrepentías
pero al día siguiente lo volvías a hacer, como si de una rutina se tratara.
Para ti todo lo hacíamos mal, nos asustabas, nos atemorizabas, no teníamos
valor. Nos sentíamos acongojados pero no encontrábamos la forma de sentirnos
bien, de salir de esta pesadilla.
ción.
Nuestras lágrimas eran lágrimas de sangre, llenas de dolor, odio, frustra-
Lo que no sabíamos es que estábamos más allá de las puertas del infierno
y que ahora sería muy doloroso tratar de huir.
Mi vida estaba vacía, ya no tenía con quien compartir buenos momentos.
Cartas a un Maltratador 51