Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...

Querida María:
Recibí tu carta en la que me contabas lo mal que te van las cosas con tu
marido. Te comprendo perfectamente por mi experiencia y por lo que me cuentan
otras mujeres. Parece que en el fondo, en mayor o menor grado, todos los hombres,
salvo valiosas excepciones, cometen los mismos errores con nosotras ¿Qué pasa con
ellos para que tantas mujeres tengamos esa certeza de que ni nos entienden, ni nos
valoran, ni nos respetan? Que no nos entiendan se lleva más o menos bien, que no
nos valoren cuesta más, pero también se acepta, siempre hemos sido dadoras de todo
sin esperar medallas, pero por mucho que les des, ellos se fijan sólo en lo que no les
das y están tan acostumbrados a recibir de la mujer, que se han olvidado de que ellos
también tienen cosas valiosas que darnos... Que no nos respeten es difícil de aguantar,
y más de alguien que se supone que te quiere, y cuando esa falta de respeto llega
al maltrato ¡eso ya no se puede consentir!
¡Cómo se han agarrado a esa creencia de que somos inferiores! ¡Qué bien
les viene para tapar sus complejos, sus carencias! Estoy convencida de que cuanto
peor trata un hombre a una mujer, más inferior es a ella, menos vale, más acomplejado
se siente, y de que, un maltrato sobre una mujer (psíquico y/o físico) será más
fuerte cuanto más valores tenga y mejor sea ella. Se nos castiga no por no valer "pa
na" sino por valer y si es "pa mucho" más caña se nos da...
Creo que la raíz del maltrato del hombre contra la mujer nace en el descubrimiento
(muchas veces ni siquiera consciente) de que realmente vale menos que la
mujer (tampoco es así exactamente pues cada uno tiene sus valores para aportar a la
pareja) empezando hace milenios por ver cómo la naturaleza le había dado el don de
dar la vida a la mujer y pasó de adorarla como diosa de la fecundidad a reprimirla
y a dominarla y a autoconvencerse y convencerla de que era inferior. Se ha insistido
tanto en ello a lo largo de la historia y las civilizaciones que casi nos lo creemos
todos...
Cartas a un Maltratador 89