Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...

UN FUTURO, UNA DEUDA
¿Alguna vez te has sentido acosada, perseguida o incluso utilizada? Eso lo
vivía yo cada noche. Es una sensación fría, dura, destructiva y tenía que amarrarme
a un clavo ardiendo para sacar adelante una familia. A veces alguien a quien no
conocemos de nada, nos brinda la oportunidad de salir de una situación precaria.
Pero ¿A costa de qué? Vas a un país que no conoces, con documentación falsa y
con falsas promesas, como la de un empleo digno. Tú lo escuchas porque no encuentras
otra opción, y no esperas que luego se convierta todo en una farsa que enriquece
al canalla que te engaña. Atesoras una deuda que debes pagar con un trabajo
desdeñoso, lleno de sufrimiento, dolor e incluso maltrato físico y psicológico.
La prostitución, o en mi caso, esclavitud, es el trabajo que nos queda a
la mayoría de las inmigrantes, que al igual que yo, viajan a un país desarrollado
buscando una vida mejor. No me imagino como deben ser en aquellos otros, en
los que si no tienes plata, desde una edad temprana tienes que caer en las garras
de este negocio, del que es muy difícil salir. Esta red de prostitución ilegal o legal,
por lo que a mis malos recuerdos respecta, mueve grandes cantidades de dinero y
vicios no permitidos o mal vistos como pueden ser las drogas. Muchos de los
clientes de esta red suelen consumirlas y la alteración de su estado de ánimo puede
llevarles a propinar una paliza o incluso asesinar a aquella mujer con la que está
sino realiza lo que le ordenan. Al fin y al cabo un gran porcentaje de mis excompañeras
trabaja en un local, pero ¿Qué es de aquellas otras que trabajan en la
calle? Tienen los mismos riesgos que las que trabajan en un "club" pero toda persona
necesita cierta discreción y más con este empleo en el que también pueden
adquirir graves enfermedades y muy costosas de tratar.
En la prostitución, al igual que en otros ámbitos de nuestra sociedad, hay
un cierto clasismo, es decir, se pueden encontrar diferentes niveles con diferentes
sueldos.
Yo con suerte he logrado salir de este negocio, pero lucho para que las
mujeres sean tratadas con dignidad e igualdad tal y como se merecen.
Cartas a un Maltratador 49