Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...

CARTA QUE A NADIE INTERESARÁ
Antes de exponerme me presento, no soy nadie.
No tengo cobijo ni alimento, sólo aire,
duermo entre cartones, suciedad y alambres,
sueño con no sufrir la sociedad y el hambre.
Soy un ser inmundo, me llaman vagabundo,
no tuve las facilidades del resto del mundo.
Después de presentarme ya os lo cuento:
Cómo pudo ser mi muerte que quedó en intento.
Me pegan a menudo a las puertas de una iglesia,
sin dinero, en el hospital no hay anestesia.
Me llaman drogadicto por mi mejorable aspecto,
para otros, veredicto: que soy un exconvicto.
Empezaron con insultos, como ignorante o inculto,
ahora cada viernes me aparece un nuevo bulto.
Me conocen ya en la zona "el que heridas colecciona",
acostumbrados a mi vida, ya nadie se impresiona.
Reconozco a los chicos que me pegan cada viernes
al salir ellos de clase, su rutina se me cierne.
Cada vez fueron a más, cada vez fueron más malos,
empezaron con patadas, ya han pasado a los palos.
Y es que una persona pobre es persona lacia,
flaco y sucio, les hace gracia mi desgracia.
Yo también tuve una infancia repleta de ignorancia,
ahora vida rancia que empezó en la distancia.
Años y años, tiempos mejores, otros peores
olvidé a mis amores, rojo y morado mis colores.
Un día como tantos, yo pedía a la gente
"lo gastará en drogas" les parecía evidente.
Como podía, día a día conseguía mi comida,
sólo eso me importaba en tal momento de mi vida.
Aprendí una lección: lo bueno torna al declive,
Cartas a un Maltratador 87