Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...

Un abarrotado sin fin de información se agolpa a las puertas de mi boca.
No es una carta, sino un desahogo, una forma de sacar toda la fuerza y todo el
valor para decirte aquello que a la cara no puedo.
Me parece una tontería repetir historias viejas. Muchos me entenderán,
otros lo intentarán y unos pocos simplemente ignorarán los hechos.
Lo cierto es que insultarte no sería placentero, me llenaría de rabia incontrolada,
y no. Hay cosas que no entiendo, cosas que me sigo preguntando, ¿Por qué
yo? ¿Qué te hice?
¿Cuándo?, ¿Cómo? Mil preguntas que no obtendrán jamás respuesta.
Aguantando golpe tras golpe, caminando, continuando, maquillando mi rostro, disfrazando
mi estado, pero en mi mirada no se podía hallar más que dolor y tristeza,
hogar de la angustia por no entender, por temer, por no saber. Huyo de ti, tú me
encuentras, me persigues, me apaleas; tus palizas verbales, mortales.
Algunas veces creo comprenderte y, en mi propio juicio, incluso te defiendo,
no lo entiendo, busco pero no encuentro. Y sigo caminando, aguantando, y para
todos ignorando. En el fondo de mi corazón deseo, desesperada, que no sea cierto,
que no seas tú, que te hayan cambiado por otro.
No lo sé, te sigo queriendo. De alguna forma extraña, el miedo, quizá el
respeto, incluso el odio que me provocaste y que algunas veces aún me provocas, se
cura, recordando escenas románticas, como si de una película se tratara. Pero no
puedo, no puede ser, ¿de verdad eres la misma persona que en su día amé?
Acurrucada en un rincón llorando, desesperada, suplicándole a mi cabeza y a mi
corazón que me den un respiro para siempre, que volvieran al pasado y se quedaran
paralizados, pasando a cámara lenta los buenos momentos. Te quiero, por eso
aguanto, por eso no me quejo, ni grito. Sólo la soledad, sólo la oscuridad podrán oír
mi llanto, sólo ellos fueron mi paño.
Cartas a un Maltratador 45