Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...
Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...
Cartas a un Maltratador - Familia e Igualdad - Ayuntamiento de ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
a que me quería, yo me sentía mal y le daba otra oport<strong>un</strong>idad; pero al cabo <strong>de</strong> <strong>un</strong>os<br />
días, la situación era igual o incluso peor. El día que <strong>de</strong>sperté en el hospital y me dijeron<br />
que él estaba en la cárcel, fue como <strong>un</strong>a liberación, a<strong>un</strong>que el terror llegó a <strong>un</strong>os<br />
límites insospechados cuando <strong>un</strong>os días <strong>de</strong>spués, al salir <strong>de</strong> la cárcel, continuó acosándome<br />
a pesar <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> alejamiento. No salía <strong>de</strong> casa, no comía ni dormía,<br />
por miedo a que cumpliera sus amenazas, pero tampoco quería <strong>de</strong>n<strong>un</strong>ciarle <strong>un</strong>a vez<br />
más para no arruinar <strong>de</strong>finitivamente su vida.<br />
Aquel día, no sé exactamente por qué estaba en la barandilla <strong>de</strong>l balcón,<br />
había subido <strong>de</strong> forma casi inconsciente. Resbalé, perdí el equilibrio y estuve a p<strong>un</strong>to<br />
<strong>de</strong> caer, a<strong>un</strong>que, por suerte, me agarraba al techo con las manos. En ese instante<br />
reflexioné: a pesar <strong>de</strong>l daño <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>sprecios y agresiones, que me hicieron sentir tan<br />
insignificante, me daba cuenta <strong>de</strong> que por fin, tenia las llaves <strong>de</strong> mi vida. Cerré fuertemente<br />
los ojos y bajé, j<strong>un</strong>to a la jardinera <strong>de</strong> flores marchitas.<br />
Decidí poner <strong>un</strong> p<strong>un</strong>to final. Mi <strong>de</strong>n<strong>un</strong>cia se tuvo en cuenta y por fin <strong>de</strong>sapareció<br />
<strong>de</strong> mi existencia. Ya no había nada que temer, él no iba a volver.<br />
Entonces entré en la habitación y acaricié la cara <strong>de</strong> la dulce Elena que,<br />
acurrucada, dormía plácidamente en su c<strong>un</strong>a.<br />
Me sequé <strong>un</strong>a última lágrima.<br />
ATINA<br />
74 <strong>Cartas</strong> a <strong>un</strong> <strong>Maltratador</strong>