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San Antonio de Padua» de Mateo Alemán - Centro Virtual Cervantes

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EL SAN ANTONIO DE PADUA DE MATEO ALEMÁN 19<br />

presentes e a virâo cair, e louuando a Deos e a seu <strong>San</strong>cto, e muy alegre se foy ao lugar da<br />

pregaçam. 35<br />

La primera diferencia entre esta relación portuguesa y la versión alemaniana <strong>de</strong> la<br />

misma historia es cuantitativa. En ésta el «milagro» <strong>de</strong> «una honrada dueña» caída en<br />

«un muy sucio cenagal» abarca seis folios: más <strong>de</strong> cuatro en forma <strong>de</strong> discurso o<br />

introito (modo <strong>de</strong> escritura muy presente en Guzmán <strong>de</strong> Alfarache, propia también <strong>de</strong>l<br />

Criticón <strong>de</strong> Baltasar Gracián) inspirado por las circunstancias felices <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senlace; casi<br />

dos para la narración propiamente dicha <strong>de</strong>l caso 36 . Siguiendo su fuente, <strong>Alemán</strong><br />

empieza por sugerir el ambiente <strong>de</strong> entusiasmo que invadía a los fieles cuando cundía la<br />

noticia <strong>de</strong> que <strong>Antonio</strong> <strong>de</strong> Bullones había <strong>de</strong> pronunciar un sermón. De ahí, con<br />

perfecta lógica estructural, la exposición inicial <strong>de</strong>l marco espacial y <strong>de</strong>l gentío que por<br />

él se <strong>de</strong>sparramaba:<br />

... como anduviese tanto número <strong>de</strong> gente siguiendo a san <strong>Antonio</strong> para oír su predicación,<br />

era forzoso hacerla en los ejidos, en los prados, en los montes y partes anchurosas, don<strong>de</strong><br />

cómodamente pudiesen asistir los <strong>de</strong>l auditorio: y con ser esto así, aun era necesario prevenir<br />

con tiempo lugar, porque las más veces faltaba. (S. A., II, 28, f. 220 v.)<br />

Luego presenta con plena verosimilitud a los protagonistas y lo que les sobrevino en<br />

aquella ocasión. Sentimos no po<strong>de</strong>r aprovechar el breve y edificante cuadro conyugal <strong>de</strong><br />

un marido «mal sufrido y peor acondicionado» y su esposa, perfecta casada cuyos<br />

pensamientos y sentimientos experimentados frente a su «ropa... nueva» (que no los<br />

«vestidos preciosos e nouos» <strong>de</strong> la versión lusitana) 37 ya estreopeada merecerían estudio<br />

más cumplido. Para nuestro tema inmediato más ejemplificador resulta <strong>de</strong> momento<br />

observar cómo el hagiógrafo hispalense consi<strong>de</strong>ra las condiciones <strong>de</strong> su infortunada<br />

caída. En un primer tiempo se ciñe a la versión divulgada por la tradición antoniana,<br />

aduciendo la consabida causa objetiva: «...iba caminando muy apriesa tras el santo: y<br />

atravesando un mal paso, don<strong>de</strong> había un muy sucio cenagal, no acertó a poner bien los<br />

pies en las piedras, trompezó y cayó en él, porque la mucha gente (que venían en tropa<br />

y <strong>de</strong> tropel) no le dio lugar a po<strong>de</strong>rse cobrar, aunque se quisiera tener» (ibid., f. 221 r.).<br />

Pero, acto seguido, no vacila en tener dicha versión por dudosa y, optando por la<br />

primera persona <strong>de</strong>l plural e incluso la primera <strong>de</strong>l singular, procura sustentar otro<br />

motivo más plausible aunque menos laudable, respaldado en circunstancias recreadas<br />

subjetivamente, que (según él) explicarían el tropezón <strong>de</strong> la «honrada dueña» y que<br />

nadie le acudiera:<br />

35 Véase cap. XXII: «Milagres do sancto por algias seus <strong>de</strong>uotos», f. CLXXIV r. Menencoria: 'melancolía'<br />

en sentido clásico ('hipocondría'). Agüitado: «Irado, alteroso, [altivo]» (ver <strong>Antonio</strong> <strong>de</strong> Moráis Silva, Novo<br />

dicionário compacto da língua portuguesa, Lisboa, Editorial Confluencia, 4" ediçâo, 1988.<br />

36 Cf. S. A., II, 28: «Yendo una mujer en seguimiento <strong>de</strong> san <strong>Antonio</strong> para oír su predicación, cayó en un<br />

lodo con un vestido nuevo, y encomendándose al santo, se levantó <strong>de</strong>l tan limpia como si no hubiera caído»<br />

(f. 216 V.-222 v.).<br />

37 En un comentario <strong>de</strong> índole entre espiritual y teológica con el que se remata la narración <strong>de</strong>l portento,<br />

<strong>Alemán</strong> lo calificará incluso <strong>de</strong> «vil y bajo vestido, <strong>de</strong> poco valor y precio» (ibid., f. 222 v.). Véase infra, p.<br />

27, n. 48.

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