del Catecumenado - año de la fe
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122 BREVE HISTORIA DEL CATECUMENADO<br />
un don sobrenatural totalmente gratuito. Pero <strong>la</strong> Iglesia,<br />
que ha recibido el encargo <strong>de</strong> comunicar este don, no lo<br />
pue<strong>de</strong> transmitir sin discernimiento (1), pues éste requiere<br />
una disposición activa por parte <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre que lo<br />
acoge.<br />
En lo que se refiere al bautismo, y para respetar este<br />
principio, <strong>la</strong> Iglesia ha exigido siempre <strong><strong>de</strong>l</strong> candidato una<br />
<strong>fe</strong> auténtica y viva. Con este fin, no ha aceptado nunca<br />
con<strong>fe</strong>rir el sacramento sin una verificación previa acerca<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> calidad y <strong>la</strong> vitalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> conversión. El<strong>la</strong> quería<br />
igualmente poner todo lo que permitiera una formación<br />
a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> esta <strong>fe</strong>: el<strong>la</strong> quería... pero todo esto se ha<br />
quedado muchas veces en el terreno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s abstracciones,<br />
con una trágica contradicción entre <strong>la</strong>s <strong>de</strong>c<strong>la</strong>raciones y <strong>la</strong><br />
realidad.<br />
Estructuras <strong>de</strong> itinerario<br />
La preparación al bautismo asumida al principio <strong>de</strong> una<br />
forma muy flexible y bastante rápida (siglos I y II), se<br />
afirmó muy pronto con realismo (siglos II y III). Este<br />
último período, que parece típico, presenta <strong>la</strong>s características<br />
siguientes:<br />
— La evangelización prece<strong>de</strong> al catecumenado; es <strong>la</strong><br />
proposición <strong><strong>de</strong>l</strong> mensaje cristiano a los hombres <strong>de</strong><br />
buena voluntad.<br />
— Pero <strong>la</strong> buena voluntad no basta: <strong>la</strong> entrada al<br />
catecumenado está abierta únicamente a los que han<br />
1. Por esto los Padres utilizan tan frecuentemente, a propósito <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
catecumenado, <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Cristo: «No <strong>de</strong>is a los perros lo que es<br />
santo, no arrojéis vuestras per<strong>la</strong>s a los cerdos». (Mt. 7, 6). Ver cap.<br />
2, nota 4 y cap. 3, nota 23.<br />
LAS VICISITUDES (S. IV AL VI) 123<br />
dado el paso <strong>de</strong> <strong>la</strong> conversión a Cristo. En e<strong>fe</strong>cto, sólo<br />
un creyente pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a <strong>la</strong> catequesis.<br />
— La catequesis, cuyo objetivo es a <strong>la</strong> vez doctrinal y<br />
vital, dura necesariamente un tiempo bastante <strong>la</strong>rgo.<br />
— En el curso <strong>de</strong> su lenta formación, el candidato ya está<br />
unido, en cierto modo, a <strong>la</strong> Iglesia, a título <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
conversión que el<strong>la</strong> le reconoce; por eso los Padres lo<br />
l<strong>la</strong>man ya cristiano (2). Pue<strong>de</strong> recibir ciertos sacramentales,<br />
pues Dios es ahí quien nutre a sus hijos, a lo<br />
<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> esta gestación.<br />
— El catecumenado es una comunidad en <strong>la</strong> cual <strong>la</strong> <strong>fe</strong><br />
hal<strong>la</strong> su crecimiento durante varios <strong>año</strong>s. Los catecúmenos<br />
tienen allí el tiempo <strong>de</strong> encontrar su puesto, <strong>de</strong><br />
vivir y <strong>de</strong> di<strong>la</strong>tarse.<br />
— La acción sacramental, sin embargo, no alcanzará su<br />
plena realización sino <strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> examen <strong>de</strong> aptitud<br />
que abre el período solemne <strong>de</strong> admisión a los sacramentos.<br />
Históricamente, cuando mejor se realizó <strong>la</strong> autenticidad<br />
<strong>de</strong> esta perspectiva pastoral fue durante los tres<br />
primeros siglos, en los que <strong>la</strong> Iglesia misionera trabajaba<br />
en un mundo hostil. El día en que <strong>la</strong> Iglesia fue<br />
reconocida oficialmente, tuvo que hacer frente a un<br />
contexto social nuevo y no supo adaptarse a él. Todo lo<br />
que se le adhería resultaba «iglesia»; y este medio<br />
cristiano entorpecido, que parecía haber llegado al término<br />
<strong>de</strong> su itinerario, perdió el vigor evangélico <strong>de</strong> su <strong>fe</strong><br />
2. AGUSTÍN, Tract. injo. 44, 2. Cf. también 11, 3; Serm. 136, 3; y el<br />
Serm. ad catech. publicado en R. Bén. 50, 1938, pp. 186-193; así<br />
también Serm. 294, 14, en PLS 2, 192-195. Ver también nuestro<br />
artículo antes citado, nota 61, cap. 3.