del Catecumenado - año de la fe
del Catecumenado - año de la fe
del Catecumenado - año de la fe
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
76 BREVE HISTORIA DEL CATECUMENADO<br />
Yo pedí que se me indicara <strong>la</strong> morada <strong>de</strong> Pedro. Apenas fui<br />
informado, me presenté a su puerta. Las personas <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa,<br />
habiéndome observado, se preguntaban entre ellos quién era<br />
yo y <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> venía. He aquí entonces que Bernabé se<br />
a<strong><strong>de</strong>l</strong>antó y, en cuanto se dio cuenta, me saltó al cuello<br />
<strong>de</strong>rramando abundantes lágrimas <strong>de</strong> alegría. Después, cogiéndome<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> mano me introdujo ante Pedro y me dijo: «He<br />
aquí a Pedro, a quienyo te he presentado como al hombre más<br />
versado acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> sabiduría <strong>de</strong> Dios y a quienyo no he<br />
cesado <strong>de</strong> hab<strong>la</strong>rle <strong>de</strong> ti. Entra <strong>de</strong>recho, pues yo le he hab<strong>la</strong>do<br />
con toda sinceridad acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> bien que hay en ti y le he<br />
comunicado, al mismo tiempo, tu p<strong>la</strong>n, <strong>de</strong> suerte que, él<br />
también, <strong>de</strong>sea vivamente verte. Tú eres un gran regalo que<br />
mis manos le ofrecen». Diciendo esto, me presentó diciendo:<br />
«Pedro, he aquí a Clemente».<br />
Al oír mi nombre, el excelente Pedro se <strong>la</strong>nzó sobre mí y me<br />
dio un beso. Después, habiéndome hecho sentar, me dijo<br />
enseguida: «Tú realizaste una noble y bel<strong>la</strong> acción cuando,<br />
para honrar al verda<strong>de</strong>ro Dios, diste hospitalidad a Bernabé,<br />
el heraldo <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad, sin avergonzarte, sin temer <strong>la</strong> cólera<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> turba grosera. Serás bienaventurado. Porque como tú<br />
has acogido como huésped y colmado <strong>de</strong> honores al embajador<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad, <strong>la</strong> verdad a su vez hará <strong>de</strong> ti, que eres un<br />
extranjero, un ciudadano <strong>de</strong> su propia ciudad. Será entonces<br />
para ti gran alegría el ver que, por una señal <strong>de</strong> benevolencia<br />
<strong>de</strong> poca duración que tú prestas ahora —yo entiendo por ello<br />
<strong>la</strong> pre<strong>fe</strong>rencia que tú das a <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra doctrina— serás<br />
here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> bienes que no se pier<strong>de</strong>n jamás. No te molestes en<br />
hab<strong>la</strong>rme <strong>de</strong> tus disposiciones, pues el verídico Bernabé nos<br />
ha puesto al corriente <strong>de</strong> todo lo que se refiere a ti,<br />
hablándonos casi cada día bien <strong>de</strong> ti. Y, para <strong>de</strong>círtelo en una<br />
pa<strong>la</strong>bra, como a un amigo verda<strong>de</strong>ro: si nada te lo impi<strong>de</strong>,<br />
acompáñanos en nuestros viajes, para que tengas parte en <strong>la</strong><br />
LA ESTRUCTURACIÓN INTERNA (S. II Y III) 77<br />
enseñanza <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad que yo voy a dispensar <strong>de</strong> pueblo en<br />
pueblo hasta Roma mismo (56).<br />
Por tanto, so<strong>la</strong>mente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber mani<strong>fe</strong>stado<br />
<strong>la</strong> sinceridad <strong>de</strong> su conversión y gracias a <strong>la</strong> garantía <strong>de</strong><br />
quien lo había evangelizado, Clemente es admitido a <strong>la</strong><br />
catequesis propiamente dicha.<br />
Lo que hay que retener pues <strong>de</strong> esta narración —que<br />
recuerda extrañamente <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> conversión <strong>de</strong> Cornelio<br />
(Hch. 10-11)— es <strong>la</strong> distinción bien neta establecida ya<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora entre el período <strong>de</strong> <strong>la</strong> evangelización y el <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> instrucción sistemática. El primer período <strong>de</strong>be conducir<br />
a <strong>la</strong> <strong>fe</strong> (57). El candidato no será admitido al<br />
segundo período sino cuando <strong>la</strong> Iglesia reconozca <strong>la</strong><br />
calidad <strong>de</strong> su conversión, mani<strong>fe</strong>stada concretamente y,<br />
si es posible, garantizada por quien ha sido el instrumento<br />
<strong>de</strong> esta conversión.<br />
Volvemos a encontrar <strong>la</strong> misma seriedad para el<br />
examen que concluye el período <strong>de</strong> <strong>la</strong> catequesis y que<br />
permite al catecúmeno ser admitido al bautismo. Y así,<br />
Clemente no fue bautizado por Pedro sino <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
haberlo seguido durante tres meses, escuchando sus<br />
predicaciones y mani<strong>fe</strong>stando su cambio <strong>de</strong> vida.<br />
La ceremonia <strong>de</strong> iniciación es siempre precedida por<br />
algunos días <strong>de</strong> ayuno. El bautismo tiene lugar en un<br />
lugar <strong>de</strong> agua, en presencia <strong>de</strong> algunos parientes y<br />
amigos. Después todos vuelven en cortejo para celebrar<br />
<strong>la</strong> Eucaristía con los hermanos (58).<br />
56. Homélies Clémentines, I, 15-17, trad. A. SIOUVIIXE: Les Homélies<br />
Clémentines, París, 1933.<br />
57. Este itinerario hacia <strong>la</strong> <strong>fe</strong> pue<strong>de</strong> ser, a veces, muy <strong>la</strong>rgo, como se ve<br />
en Hom. Clém. XV, 10-11.<br />
58. Cf. PA, pp. 312-328.