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hermano. Estoy muy orgulloso de ti.<br />
El Mayuyo sonrió. De pronto, el cabeza de familia se detuvo, perplejo. Volviéndose hacia su<br />
prole, preg<strong>un</strong>tó:<br />
—Chiquillos, ¿qué horas serán?<br />
—<strong>Lo</strong> menos las cuatro —respondió Siseb<strong>un</strong>do.<br />
—Pues vaya pegote —dijo el padre, y se sentó, jadeando, sobre <strong>un</strong>a gran roca de pizarra.<br />
—¿Qué pasa ahora?<br />
—Que la mama ya se ha acostado —explicó el padre—, por<strong>que</strong> no hay luz en la casa. Claro,<br />
se tiene <strong>que</strong> tomar las pastillas del médico y se <strong>que</strong>da frita. Hemos llegado demasiado tarde.<br />
<strong>Lo</strong>s hermanos, con <strong>un</strong> par de cortes y cicatrices en las mejillas, se miraron asustados.<br />
—¡Será posible! —exclamó el Mayuyo— Y ahora, ¿qué?<br />
—Quieto parado —dijo el padre—. Qué asco de juventud, no sabéis hacer nada. Tiene guasa<br />
esto. ¿Quién lleva el limón?<br />
El Mayuyo se sacó <strong>un</strong> limón de la camisa a cuadros y el padre empezó a descerrajar<br />
mejillones con su navaja. Luego los fue regando con el agrio y repartiendo con sus hijos.<br />
Mantuvieron silencio hasta <strong>que</strong> se trocearon la langosta encima de la piedra. El vientre suculento se<br />
ofrecía blanquísimo a la luz de la l<strong>un</strong>a, y les llegaba <strong>un</strong>a brisa suave desde la superficie del mar.<br />
—Oye papa —dijo el Mayuyo—, ¿tú crees <strong>que</strong> Auxiliadora es <strong>un</strong>a puta?<br />
—No sé, hijo —respondió el sepulturero, masticando la pata del crustáceo—. Puede ser.<br />
Puede ser. Pero no te preocupes tú mucho por eso.<br />
—Por<strong>que</strong> —murmuró el Mayuyo— <strong>un</strong>a mujer <strong>que</strong> se la chupa a tu hermano es <strong>un</strong>a puta, ¿no?<br />
—Pues... según, hijo mío, según —dijo el enterrador, y miró con cariño a su vástago—.<br />
Según. Tú tranquilo. Tú no le des más vueltas.<br />
—Hey, father —intervino Siseb<strong>un</strong>do—, ¿con Franco había más putas? El Pentecostés<br />
siempre dice <strong>que</strong> cuando Franco las putas tenían las tetas más gordas...<br />
—Desde luego —razonó el padre—, hay <strong>que</strong> ver la poca consideración del espíritu <strong>que</strong> tenéis<br />
ustedes. Aquí los dos hablando de guarrerías y ¿no se acordáis de quién es cumpleaños hoy?<br />
—Es verdad —dijo el Mayuyo—. Mañana llevamos a la mama a comer caracoles y luego nos<br />
vamos sin pagar.<br />
<strong>Lo</strong>s tres asintieron.<br />
—La mama es muy buena, ¿no, papa? —preg<strong>un</strong>tó Siseb<strong>un</strong>do.<br />
—La mama es <strong>un</strong>a santa, hijos míos. Una santa. Una verdadera santa —contestó el padre,<br />
sorbiendo el vientre delicioso de la langosta.<br />
Por encima de ellos brillaba, feliz, la l<strong>un</strong>a llena, con <strong>un</strong> círculo blanco de moneda divina.<br />
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