You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Ay... balbuceaba entre hipidos, suspiros y lágrimas. Yo sólo quiero morirme... yo no puedo<br />
vivir sin ella... Ah, si alguien pudiera ayudarme a olvidarla...<br />
Eureka. La luz se hizo en mi cerebro: aún <strong>que</strong>daba esperanza. Si no ayudaba a a<strong>que</strong>l ser,<br />
frágil como <strong>un</strong>a muñeca de trapo, no tendríamos paz en la casa durante mucho tiempo. Además la<br />
posibilidad del suicidio, <strong>que</strong> ahora consideraba más real <strong>que</strong> n<strong>un</strong>ca, me espeluznaba. Todo se<br />
llenaría de sangre, de curiosos, ¡de policías m<strong>un</strong>icipales! Podrían incluso descubrir mi laboratorio<br />
secreto... En fin, supongo <strong>que</strong> esto es lo <strong>que</strong> el vulgo denomina “hacer de la necesidad virtud”.<br />
Suspiré.<br />
Ismael, hijo, dije posando mi mano en su hombro. Voy a ayudarte, a<strong>un</strong><strong>que</strong> me pese.<br />
¿Va a conseguir <strong>que</strong> Eva vuelva conmigo? preg<strong>un</strong>tó, esperanzado.<br />
Ni loco, exclamé entre risas. ¿No ves <strong>que</strong> volvería a abandonarte?<br />
Entonces... murmuró, con labios temblorosos. ¿Qué va usted a hacer conmigo?<br />
Voy a hacerte olvidar tus últimos tres meses de vida.<br />
Todavía hoy sonrío cuando recuerdo la cara de Ismael al ver mis redomas osmóticas y mis<br />
destilados químicos. Se le veía algo inquieto, pero en su desesperación debía de creer en mí como en<br />
<strong>un</strong> ángel enviado del cielo. Permaneció silencioso en <strong>un</strong> rincón de mi casa, mientras yo vertía el<br />
líquido de <strong>un</strong>a alquitara en <strong>un</strong>a copa labrada. Muy cerca, el televisor encendido volvía a ofrecer la<br />
imagen del líder socialista con los ojos de colores.<br />
¿Qué te parece el nuevo rival del presidente del gobierno? le preg<strong>un</strong>té, fingiendo<br />
desentenderme de la ósmosis difusora de mis preparados.<br />
Ese tío es <strong>un</strong> piernas, rumió Ismael.<br />
Pero, ¿llegará a presidente?<br />
No me extrañaría.<br />
El potingue amnésico estaba listo. Llevé a mi joven vecino hasta el salón, le hice sentarse<br />
frente al televisor y deposité la copa en su mano.<br />
¿Hiciste lo <strong>que</strong> te dije? preg<strong>un</strong>té. ¿Has <strong>que</strong>mado todas las fotos de Eva?<br />
Sí, a<strong>un</strong><strong>que</strong> no sé para qué.<br />
El hombre es indagador por naturaleza. Cualquiera porfiaría hasta dar con ella. Tendrías<br />
curiosidad por averiguar quién es esa señorita <strong>que</strong> sale en veinte fotos besándote y cuyo nombre ni<br />
recuerdas.<br />
Comprendo, afirmó resignado.<br />
Vamos allá. Bebe.<br />
Ismael olis<strong>que</strong>ó el preparado con desconfianza.<br />
63