12.05.2013 Views

La excelencia científica. Hombres y mujeres en las Reales Academias

La excelencia científica. Hombres y mujeres en las Reales Academias

La excelencia científica. Hombres y mujeres en las Reales Academias

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Tal vez habría que promediar e hibridar esas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />

que actúan como t<strong>en</strong>siones estructurales de la masculinidad<br />

y la femineidad, es decir, la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a que el amor<br />

sea la t<strong>en</strong>sión fem<strong>en</strong>ina por <strong>excel<strong>en</strong>cia</strong> y la acción-trabajo<br />

la auténtica t<strong>en</strong>sión masculina. Asimismo, promediar <strong>las</strong> sigui<strong>en</strong>tes<br />

dicotomías: el poder, un asunto y un gueto de la<br />

masculinidad; la domesticidad, un asunto y gueto de la femineidad.<br />

Respondi<strong>en</strong>do a nuestra cuestión inicial sobre cómo <strong>las</strong> <strong>mujeres</strong><br />

no articulan el poder, podríamos decir «mutatis mutandi»<br />

e inversam<strong>en</strong>te al caso masculino: no lo articulan porque<br />

no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poder que articular. Y ello es una cuestión meridiana,<br />

«de facto». Pero hay más. Ya hemos apuntado los obstáculos<br />

que esa naturaleza fem<strong>en</strong>ina construida históricam<strong>en</strong>te<br />

opone al poder, dificultando su obt<strong>en</strong>ción y ejercicio, y<br />

<strong>en</strong> cualquier caso no mostrando el alto grado de especialización<br />

masculina <strong>en</strong> obt<strong>en</strong>erlo y ejercitarlo. Es como si <strong>en</strong><br />

una misma competición corrieran atletas de élite (los hombres)<br />

y atletas <strong>en</strong> fase de <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to (<strong>las</strong> <strong>mujeres</strong>). Nunca<br />

mejor dicho: <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to histórico. El público sabría que<br />

la carrera no está igualada, que no debe t<strong>en</strong>er <strong>las</strong> mismas<br />

normas. De ahí, la necesidad de esa especie de interv<strong>en</strong>ciones<br />

quirúrgicas que son <strong>las</strong> medidas de discriminación positiva<br />

para <strong>las</strong> <strong>mujeres</strong>. Sigui<strong>en</strong>do con el símil, para que haya<br />

más atletas fem<strong>en</strong>inas (cantidad) y para allanarles la meta<br />

(cualidad: lograr poder) <strong>en</strong> una carrera «tramposa», <strong>en</strong> la<br />

que correrían <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja, ¿qué habría que hacer? ¿Participar<br />

<strong>en</strong> este juego trucado a favor de los hombres que es el<br />

poder actual, teñido de todos los impedim<strong>en</strong>tos v<strong>en</strong>tajistas<br />

de la cultura masculina que lo ha forjado, rechazarlo frontalm<strong>en</strong>te<br />

y seguir con la consuetudinaria división sexual de la<br />

vida, o bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el juego del poder para cambiarlo,<br />

transformándolo aún a costa de ali<strong>en</strong>arse <strong>en</strong> él, pero explicitando,<br />

al m<strong>en</strong>os, otras reg<strong>las</strong> del juego? (Véase este interesante<br />

hipertexto sobre <strong>La</strong>dy Nokia que acompañamos int<strong>en</strong>cionadam<strong>en</strong>te,<br />

como un ejemplo excel<strong>en</strong>te que glosa nuestro<br />

discurso. Qué distinta viv<strong>en</strong>cia del ejercicio del poder, por<br />

parte de esta élite fem<strong>en</strong>ina).<br />

137

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!