La excelencia científica. Hombres y mujeres en las Reales Academias
La excelencia científica. Hombres y mujeres en las Reales Academias
La excelencia científica. Hombres y mujeres en las Reales Academias
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
2.<br />
El conocimi<strong>en</strong>to<br />
reglam<strong>en</strong>tado:<br />
<strong>las</strong> dos<br />
tradiciones<br />
38<br />
En otras palabras: la consolidación del mundo ci<strong>en</strong>tífico produce<br />
indudable recelo hacia un modo de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to (el de<br />
los salones) que empieza a verse como «diletante», si es que<br />
no se trata de mero «divertim<strong>en</strong>to». <strong>La</strong> creación de <strong>las</strong> diversas<br />
<strong>Academias</strong>, por lo demás, no vi<strong>en</strong>e sino a reforzar este<br />
proyecto político de reglam<strong>en</strong>tar y cont<strong>en</strong>er bajo límites bi<strong>en</strong><br />
precisos la creación y difusión del conocimi<strong>en</strong>to. Un proyecto<br />
que van a asumir como cometido propio los Estados nacionales,<br />
y fuera de cuyas barreras quedaba poco marg<strong>en</strong> para la<br />
creación cultural.<br />
El nuevo ord<strong>en</strong> positivo posterior a la Revolución Francesa<br />
no deja muchas dudas acerca de sus objetivos: se trata de<br />
construir una sociedad que bajo la estricta tutela del Estado<br />
se vertebre <strong>en</strong> un sólido <strong>en</strong>tramado institucional. En <strong>las</strong> visiones<br />
(no tan utópicas como pudieran parecer) de Saint-Simon<br />
o de Comte los saberes quedaban claram<strong>en</strong>te integrados<br />
<strong>en</strong> el mismo. Una jerarquía de saberes sometida al<br />
control de una elite intelectual desechaba el multiforme y crítico<br />
período preced<strong>en</strong>te y lo sustituía por otro abiertam<strong>en</strong>te<br />
afirmativo del ord<strong>en</strong> establecido. Los pilares de este nuevo<br />
ord<strong>en</strong> eran, desde mi perspectiva, tres: el sistema escolar, la<br />
auto-organización <strong>ci<strong>en</strong>tífica</strong> y <strong>las</strong> instancias políticas <strong>en</strong>cargadas<br />
de la supervisión del conjunto. Esta dim<strong>en</strong>sión de la<br />
sociedad se difer<strong>en</strong>ciaba claram<strong>en</strong>te del ord<strong>en</strong> privado<br />
(como certeram<strong>en</strong>te subrayaba E. Durkheim <strong>en</strong> L’éducation<br />
morale). Dualidad del mundo no tanto por quién lo controlaba<br />
(siempre el Estado) sino por a quiénes se destinaba: el<br />
uno a los hombres, el otro a <strong>las</strong> <strong>mujeres</strong>. Al tratarse, además,<br />
de circuitos <strong>en</strong> gran parte separados pero internam<strong>en</strong>te autoreferidos,<br />
quedaba claro que el destino personal estaba<br />
adscrito. El orig<strong>en</strong> social, aun si<strong>en</strong>do importante, iba a ser <strong>en</strong><br />
gran medida sustituido por este otro orig<strong>en</strong> construido <strong>en</strong><br />
torno al sexo. Pero vayamos por partes.<br />
<strong>La</strong> perspectiva que aquí me interesa privilegiar ti<strong>en</strong>e que ver,<br />
como ya se ha dicho, con el papel configurador del conocimi<strong>en</strong>to.<br />
<strong>La</strong> sociedad llamada primero «positiva» y más tarde<br />
«industrial» otorga sin duda alguna un relevante papel al conocimi<strong>en</strong>to.<br />
Un conocimi<strong>en</strong>to cuyo cometido es triple: primero,<br />
como definidor de <strong>las</strong> bases mismas de esta sociedad (legitimación);<br />
segundo, como impulsor de su desarrollo<br />
económico (tándem ci<strong>en</strong>cia-tecnología); tercero, como medio