Justicia, Justicia, - el caso saiegh

Por eso este reconocimiento es para todos ellos que me brindaron su
solidaridad y apoyo. Pero a quienes no puedo dejar de mencionar es a los
excelentes terapeutas que tuve desde muy joven y a lo largo de estos años, ya
que sin ese aprendizaje no hubiera superado los momentos traumáticos que
me tocaron vivir, y muy particularmente a mi última terapeuta, la querida y
admirable Silvia Bleichmar, quien desde 2005 y hasta 2007, siendo su último
paciente, aún frente a su muerte anunciada, me ayudó con su humanidad y
profesionalidad a reconstruir mi vida, a aliviarme del dolor moral y a no cejar en
la batalla, a pesar de estar viviendo ella el transito final de su vida.
Finalmente, pese a la pinza político-militar y económica, con operadores
tan célebres como, Harguindeguy, Capozzolo y Martínez de Hoz, Reynal..., que
me pusieron los huevos de moñito, pude zafar.
Lo conseguí porque, afortunadamente, eran muy bestias para apretar, y
muy brutos para pensar.
Tal vez la faja del libro sorprenda a más de uno antes de leerlo ante la
aparente contradicción entre ‘turco’ y ‘hebreo’. Pero la síntesis y el desenlace
de lo vivido explican el porqué del homenaje a mi etnia.
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