Justicia, Justicia, - el caso saiegh

caída, en caso de no encontrar un comprador para el banco en los días
subsiguientes.
Cuando el 30 de septiembre llegaron al BLA, los inspectores del BCRA
no conocían los motivos que habían determinado su intervención, ya que
cumplíamos con todas las disposiciones técnicas vigentes.
El 4 de octubre, al tomar conocimiento de la inspección ordenada sobre
el BLA, los funcionarios del CL comprendieron la actitud hostil de Reynal y la
agresividad del BCRA e iniciaron la búsqueda -instigados por el vicepresidente
del Banco Central- de otras instituciones susceptibles de ser objeto de compra,
por ejemplo, el Banco Continental.
En esa perspectiva piden informes al BCRA sobre este banco, pero se
las niegan. En cambio, Reynal insistió con el Tornquist y desalentó la iniciativa
que ya estaba en marcha con el BLA, hecho ratificado expresamente por De
Royère en sus declaraciones en la causa penal que yo inicié años después, en
mayo de 1982, que está en pleno proceso, treinta años después.
Hay elementos contextuales que cobran particular importancia para
verificar la articulación del plan de intervenciones económicas de los civiles de
la dictadura. Por ejemplo con el BIR. Era el principal acreedor del grupo
Capozzolo: u$s 32 millones fueron motivos más que suficientes para que este
banco iniciase las caídas a las que me referí.
Si todo cuanto pudiese afectar a Martínez de Hoz, los civiles que eran
sus cómplices y a los militares que detentaban el poder tenía que ser liquidado,
empezaron por el BIR, por ser el principal acreedor del grupo Capozzolo, cuya
deuda total en ese momento ascendía a casi U$S 250 millones.
Para salvarlo de la ciénaga en la que estaba cayendo el grupo Tornquist,
tenían que sacarme la novia a mí, para dársela a ellos. Esto es: convencer al
CL de comprar el Tornquist. Un poder que se había apoyado en apelaciones a
la necesidad de llevar al país a la “normalidad”, de sacarlo del “caos”, el
“desorden” y la “inmoralidad”, para ponerlo en la senda del progreso, actuaba
en realidad para favorecer a los Chicago Boys como titulares y operadores
económicos-financieros de la sangrienta dictadura.
Cuando ya nos estaban subiendo al patíbulo, el 28 de octubre de 1980
elevamos al BCRA un cuadro con las relaciones técnicas del BLA, indicando
hasta qué punto se encuadraban con las normas vigentes, algo reconocido
ulteriormente por la institución estatal en un oficio en el que respondió a un
requerimiento de la Justicia Federal.
Ese mismo día comenzó a circular internamente en el BCRA una
denuncia anónima contra los hermanos Saiegh y las financieras Dar y
Credibono -de mi hermano Rafael- en la que también quedó involucrado el
BLA. Esa denuncia (Acceda a ella haciendo click aquí), presentada como
anónima, afirmaba que todo formaba parte de un mismo grupo económico y
llegó, no por casualidad, a manos del jefe de inspectores del BCRA, a cargo de
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