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Arqueología y Evangelio, por J. G. Echegaray.PDF - El Mundo Bíblico

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230 Proceso criminal y ejecución<br />

una tablilla. Esta interpretación no ha sido compartida <strong>por</strong> el<br />

arqueólogo B. Mazar, que supone que la tablilla no fue más<br />

que una pieza intermedia entre la cabeza del clavo y los dos<br />

pies del ajusticiado que venían a continuación, los cuales, traspasados<br />

<strong>por</strong> la punta metálica, quedaban fijados con ésta en la<br />

cruz en forma frontal. Por su parte, Zias y Sekeles presentan la<br />

interpretación más moderna y verosímil. Las piernas abiertas<br />

permitían que los clavos -que serían dos- fijaran los pies <strong>por</strong><br />

el calcáneo a ambos laterales de la cruz. Lo que sucedió es que,<br />

mientras que uno de ellos entró derecho y pudo luego ser extraído<br />

del cadáver sin problemas, el otro debió tropezar con<br />

un nudo de la madera, que lo dobló. Por eso no pudo ser extraído<br />

y hubo que romper parte de la cruz al tratar de desclavar<br />

el cadáver. Entre la cabeza del clavo y la carne había<br />

ciertamente una pequeña tablilla, pero no se ha podido determinar,<br />

con absoluta garantía, si era o no de la misma madera<br />

que la cruz.<br />

Según Móller-Christensen, las piernas del reo, después de<br />

un tiempo conveniente de estancia de éste en la cruz, fueron<br />

intencionalmente quebradas para precipitar su muerte. Es lo<br />

que hoy llamaríamos el «tiro de gracia», y que los romanos<br />

denominaban crurifragium, bien descrito en el evangelio de<br />

Juan, aunque aplicado a los ladrones y no a Jesús (Jn 19, 31-<br />

34). Para Zias y Sekeles, no hay pruebas suficientes para afirmar<br />

que con el crucificado Juan se hubiera realizado esta práctica.<br />

Normalmente, como ya hemos dicho, los reos llevaban al<br />

patíbulo el pesado travesano de la cruz, probablemente yendo<br />

ya amarrados los brazos a él. En el caso de Jesús, y probablemente<br />

debido a su agotamiento, a poco de salir la comitiva se<br />

obligó a un transeúnte que cargara con el madero, <strong>por</strong> cierto<br />

que esa persona, llamada Simón de Cirene, era bien conocida<br />

de la comunidad cristiana de las primeras generaciones, pues<br />

resultaba ser el padre de dos cristianos distinguidos, Alejandro<br />

y Rufo (Mt 27, 32; Me 15, 22; Le 23, 26). Al llegar al lugar de<br />

la ejecución, se fijaba definitivamente el palo a los reos, clavando<br />

a éstos si fuera preciso, y después «era elevado» (es la palabra<br />

técnica) sobre el poste vertical previamente fijado en el<br />

suelo con las debidas garantías, ya que tenía que so<strong>por</strong>tar un<br />

considerable peso.<br />

La causa (lat. titulus) iba escrita en un letrero que solía llevar<br />

el reo colgado al cuello, o lo <strong>por</strong>taba delante alguna otra<br />

persona del cortejo, o incluso iba siendo proclamada en voz<br />

alta <strong>por</strong> un pregonero. En el caso de Jesús, lo único que sabemos<br />

es su contenido escrito en tres lenguas (latín, griego y hebreo):<br />

«Jesús Nazareno, Rey de los Judíos», y el hecho de que<br />

fue fijada en la cruz sobre la cabeza del crucificado para que

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