Arqueología y Evangelio, por J. G. Echegaray.PDF - El Mundo Bíblico
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1. Los gobernadores romanos 61<br />
(46-48 d. C), Ventidius Cumanus (48-52 d. C), Antonius Félix<br />
(52-60 d. C), Porcius Festus (60-62 d. C), Albinus (62-64<br />
d. C.) y Gesius Florus (64-66 d. O), dos de los cuales, Félix y<br />
Festo, nos son conocidos <strong>por</strong> su intervención en el arresto del<br />
apóstol Pablo, narrado en los Hechos de los apóstoles (caps.<br />
23-26). Pero nada vamos a decir aquí de todos estos gobernadores,<br />
que caen ya fuera del tiempo abarcado <strong>por</strong> las narraciones<br />
evangélicas.<br />
Sí queremos referirnos a las noticias que los evangelios nos<br />
dan acerca del gobernador Poncio Pilato. Su nombre es citado<br />
<strong>por</strong> Lucas en la solemne presentación del comienzo de la vida<br />
pública de Jesús, al enmarcar cronológicamente <strong>por</strong> las distintas<br />
autoridades (emperador, gobernador, tetrarcas, sumos sacerdotes)<br />
la predicación del Bautista (Le 3, 1-2). La noticia que<br />
nos transmite igualmente el evangelio de Lucas acerca de una<br />
matanza de galileos en el templo de Jerusalén, y que desconocen<br />
otras fuentes, concuerda perfectamente con el ambiente de<br />
tensión entre el gobernador y los judíos, tanto <strong>por</strong> el espíritu<br />
vengativo y provocador de aquél, como <strong>por</strong> la intransigencia y<br />
fanatismo de algunos de éstos (Le 13, 1). Téngase en cuenta<br />
que aquí, como en algunas otras citas, la palabra «galileo» pudiera<br />
no tener un sentido étnico estricto, sino ser utilizada<br />
simplemente como sinónimo de «revoltoso».<br />
Pero donde la figura de Pilato se convierte en primer actor<br />
de la escena es en los relatos de la pasión. Mateo nos lo presenta<br />
receloso con los judíos y con ganas de absolver a Jesús,<br />
<strong>por</strong> el hecho de haber descubierto que aquéllos le tenían envidia<br />
(Mt 27, 18). Trata de salvarle con la estratagema de contraponerlo<br />
a Barrabás, recibe un recado de su mujer invitándole a<br />
que abandone el caso contra ese justo (Mt 27, 19) y, finalmente,<br />
«viendo que no conseguía nada, sino que el alboroto iba en<br />
aumento» (Mt 27, 24), se lava las manos ante el pueblo en un<br />
acto simbólico de excusarse de toda culpa antes de pronunciar<br />
la sentencia.<br />
Marcos en una narración más sobria presenta también a Pilato<br />
queriendo soltar a Jesús <strong>por</strong> haberse dado cuenta de que<br />
le habían entregado <strong>por</strong> envidia y utilizando el recurso de Barrabás,<br />
pero desconoce los detalles de la esposa del gobernador<br />
y del lavatorio de manos. Lucas, <strong>por</strong> el contrario, es más prolijo<br />
en el relato. Omite lo de la envidia y los otros detalles citados,<br />
pero presenta a Pilato disponiendo de más recursos con el<br />
fin de librar a Jesús, como es el pasaje del envío del preso a<br />
Herodes Antipas. Insistentemente recalca cómo el gobernador<br />
declara una y otra vez: «No encuentro culpa alguna en este<br />
hombre» (Le 23, 4, 14 y 22).<br />
Pero donde se ve con más claridad el antagonismo entre