manual - ALCOHOLICOS ANONIMOS
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apartarnos para entrar tontamente en la arena de la controversia pública o la acción punitiva<br />
contra cualquiera.<br />
Puesto que nuestra Conferencia de Servicios Generales nos representa a todos, esta<br />
entidad tiene el deber de obtener el nivel más alto posible con respecto a las actitudes de<br />
evitar los castigos y las controversias públicas. La Conferencia tendrá que hacer algo más<br />
que representar estos principios; frecuentemente tendrá que aplicarlos también a situaciones<br />
específicas. Y a veces la Conferencia tendrá que tomar ciertas acciones protectoras,<br />
especialmente en lo referente a las violaciones de las Tradiciones. Tales acciones, sin embargo,<br />
nunca deberán ser de tipo punitivo o de agresiva controversia a nivel público.<br />
Consideremos ahora algunas situaciones típicas que pueden, con frecuencia, requerir la<br />
consideración de la Conferencia y ocasionalmente su acción definitiva.<br />
Supongamos que A.A. se encuentra expuesta a ataques públicos o es fuertemente<br />
ridiculizada; y supongamos que en este caso particular, las críticas tienen poca o ninguna<br />
justificación.<br />
Casi sin excepción podría decirse que la mejor defensa sería no hacer defensa de ninguna<br />
clase; es decir, mantener un completo silencio a nivel público. La gente irrazonable<br />
se siente más estimulada con la oposición. Si de buenas maneras no hacemos caso de ellos,<br />
es probable que sus ataques rápidamente cesen. Si persisten y se ve claramente que se trata<br />
de mala información, tal vez sea aconsejable tratar de comunicarse con ellos en forma cordial<br />
e informativa; y en una forma también en que ellos no puedan usar nuestra comunicación<br />
como una nueva arma para asaltarnos. Tales comunicaciones rara vez deben ser<br />
hechas oficialmente por la Conferencia. Muchas veces pueden utilizarse los buenos oficios<br />
de los amigos. Los mensajes que salgan de nosotros nunca deben rebatir los ataques que se<br />
nos hayan hecho; sólo deben limitarse a dar informaciones Estas comunicaciones deben<br />
también ser privadas. Si se hacen públicas, pueden convertirse en un nuevo pretexto para<br />
la controversia.<br />
Pero si en cierta ocasión la crítica que se hace a nuestra Comunidad es parcial o totalmente<br />
justificada, puede que lo correcto será reconocerlo privadamente a los críticos, dándoles<br />
nuestras gracias — pero siempre manteniéndonos apartados del nivel público.<br />
Pero de ningún modo debemos exhibir una posición airada o intenciones agresivas o<br />
punitivas. Esta debe ser, por supuesto, nuestra política inflexible. Dentro de este esquema,<br />
la Conferencia y la Oficina de Servicios deberán siempre hacer una seria ponderación acerca<br />
de lo que se debe hacer y no hacer en estos casos.<br />
Puede que nos veamos confrontados con violaciones públicas de las Tradiciones de<br />
A.A. Puede que algunas organizaciones extrañas o aun nuestros propios miembros traten<br />
de utilizar el nombre de A.A. para sus propósitos particulares. A medida que A.A. crezca<br />
en tamaño y se vuelva más conocido por el público, la tentación para utilizar mal nuestro<br />
nombre también se incrementa. Por ello, hemos asignado a nuestra Conferencia la tarea<br />
protectora en tales casos. La Conferencia, como sabemos, es la “guardiana” de nuestras<br />
Tradiciones de A.A. Siempre ha habido alguna confusión con respecto al uso del término<br />
“guardia” y me parece que sería conveniente tratar de aclararlo.<br />
Según el entender de algunos miembros de A.A., la “guardia” de las Tradiciones de<br />
A.A. implica un derecho y un deber de parte de la Conferencia para castigar o demandar<br />
públicamente a los violadores culpables. Pero nosotros no podríamos adoptar una política<br />
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