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Librodot La novia muerta R. L. Stine<br />
Intenté no imaginármelo, era demasiado horrible. El agua de la cascada caía en picado y<br />
con fuerza contra las afiladas rocas negras del fondo.<br />
-Por las cascadas -repitió Dawn en voz baja.<br />
-Pero Jonathan... -empecé.<br />
En realidad no sabía lo que quería decir.<br />
-Jonathan le dijo a todo el mundo que había dejado a Louisa sola durante un par de<br />
minutos -continuó Dawn, mirando fijamente a la vitrina, con los puños apoyados en la cadera-<br />
. Jonathan dijo que había visto a alguien en el sendero, o al menos eso le pareció. Bueno, fue a<br />
ver de quién se trataba, y cuando volvió...<br />
No acabó la frase.<br />
Tragué saliva y miré la foto, que en ese momento se convirtió en un borrón de color<br />
lleno de tonos azules y rosas, y rodeado de negro.<br />
-Y cuando volvió..., ¿Louisa ya no estaba? -conseguí preguntar.<br />
-Jonathan la buscó -respondió Dawn-, y entonces descubrió su bicicleta allá abajo,<br />
destrozada. Se había estrellado contra las rocas.<br />
-¿Y Louisa? -pregunté con un nudo en la garganta.<br />
-Encontraron su cuerpo río abajo -dijo Dawn susurrando-. Dos días más tarde. Estaba<br />
hecha pedazos. Sofoqué un grito.<br />
-¿Alguien la había cortado en pedazos?<br />
Dawn asintió pesarosa.<br />
-La policía dijo que las rocas habían sido las causantes de aquella carnicería.<br />
Intenté enfocar la imagen de la foto en la vitrina, pero la veía borrosa. Apoyé una mano<br />
en la pared para mantener el equilibrio.<br />
«¡Qué historia más horrorosa!»<br />
Y pensar que hace poco yo había subido a las cataratas... con Jonathan. Podía recordarlo<br />
todo con absoluta claridad: el rugido del agua en mis oídos, el tortuoso sendero que discurría<br />
por el bosque, el borde del precipicio y las afiladas rocas en el río, al pie del abismo. Todas<br />
esas imágenes me venían a la mente con claridad.<br />
Me volví hacia Dawn, que había cruzado los brazos. -¿Por qué se suicidó? -pregunté al<br />
fin.<br />
-¿Qué te hace pensar que se suicidó? -preguntó Dawn con un tono de inquietud que me<br />
sorprendió.<br />
-¿Qué? -pregunté boquiabierta, imaginando lo que intentaba decirme.<br />
El director del instituto, el señor Thomasson, pasó de largo frotando suavemente con un<br />
pañuelo húmedo una mancha en su corbata amarilla. Levantó la mirada hacia nosotras al pasar<br />
a nuestro lado, saludó solemnemente con un gesto y entró en su despacho, todavía<br />
concentrado en su corbata.<br />
-Yo era la mejor amiga de Louisa -me confesó Dawn-. Estaba convencida de que era<br />
completamente feliz. -Suspiró, bajando la mirada, y a continuación añadió-: Supongo que<br />
nunca se llega a conocer realmente a otra persona, aunque sea una amiga íntima. Nunca se<br />
sabe lo que en realidad le preocupa.<br />
-Pero...<br />
-La policía decidió que había sido un suicidio -interrumpió Dawn, mirando fijamente sus<br />
zapatillas blancas de deporte.<br />
-Por si aún no lo sabes, los padres de Jonathan son muy ricos. Consiguieron que la<br />
investigación policial terminara muy pronto.<br />
Las palabras de Dawn me dejaron de piedra. Me llevé las manos a la cabeza y las apreté<br />
contra mis palpitantes sienes.<br />
-Pero nadie sospechó de Jonathan, ¿verdad? -pregunté con voz angustiada.<br />
-No. Puede decirse que no -contestó Dawn de mala gana. Levantó la mirada y la fijó en<br />
la mía-. Pero surgieron rumores... Ya sabes cómo empiezan los rumores.<br />
-¿Qué clase de rumores? -apremié.<br />
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