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Librodot La novia muerta R. L. Stine<br />
-No te la iba a robar -dijo irguiendo la cabeza con orgullo.<br />
-¿Qué pasa aquí? -preguntó Caleb cuando estaba junto a mí.<br />
- Annie pensaba que le iba a robar la bicicleta -le dijo Ruby frunciendo el ceño-. Sólo<br />
quería mirarla. Toma. -Empujó la bicicleta hacia mí.<br />
Sujeté la bici para que no cayera al suelo.<br />
- Lo siento, Ruby... -empecé a decir.<br />
-Yo no soy una ladrona, ¿sabes? -dijo Ruby con un tono muy desagradable.<br />
-Oye, Annie no quería decir eso -dijo Caleb, intentando echar una mano.<br />
-¿No te acuerdas de que alguien me rajó las ruedas la semana pasada? -le dije a Ruby-.<br />
Por eso pensé...<br />
-¡Bueno, pues yo no fui! -me interrumpió Ruby.<br />
Me quedé desconcertada. Había corrido hacia Ruby como una loca, gritándole,<br />
acusándola, y lo único que estaba haciendo ella era mirar la bici.<br />
-Lo siento mucho -le dije sinceramente-. De verdad. No quería...<br />
-Bueno, bueno -dijo Ruby con impaciencia. Su bicicleta estaba en el sendero, unos<br />
metros más allá, apoyada en el suelo. La levantó y se la llevó caminando hasta las rocas.<br />
Yo agarré la mía y seguí a Ruby, con Caleb detrás de mí.<br />
-¿Dónde está Dawn? -preguntó Ruby protegiéndose los ojos del sol con una mano<br />
mientras dirigía su mirada hacia la curva del empinado sendero.<br />
-¿Ha venido Dawn contigo? -preguntó Caleb, siguiendo la mirada de Ruby.<br />
-Ahí llega -anunció Ruby.<br />
Dawn se aproximaba pedaleando lentamente por la pendiente. Unos segundos más tarde<br />
saltó de la bici y la llevó andando hasta nosotros. Estaba roja como un tomate y le faltaba la<br />
respiración. Tenía el pelo húmedo, y un largo mechón se le había quedado pegado en la frente<br />
llena de sudor.<br />
-¡Uf! Estoy en baja forma -exclamó casi sin poder hablar-. Tengo que perder peso.<br />
-Estás muy bien -comentó Caleb galantemente, y luego soltó una carcajada-. Lo único<br />
que necesitas es una bici mejor. Es demasiado pesada, deberías comprar una como la de<br />
Annie.<br />
-Pero, sobre todo, no se te ocurra nunca tocar la de Annie -advirtió Ruby<br />
sarcásticamente, mirándome de un modo desagradable-. Se pone histérica.<br />
-¿Qué? -Dawn me miró sorprendida.<br />
Me apoyé en las rocas.<br />
-Me he confundido -dije entre dientes-. Yo no tenía la intención de...<br />
-¿Es nueva o de segunda mano? -preguntó Ruby.<br />
-De segunda mano -contesté.<br />
-Parece nueva -dijo.<br />
-Hacía tan buen tiempo -dijo Dawn apartándose el pelo de la frente- que le dije a Ruby<br />
que viniéramos aquí en bici. Esperaba que aún no os hubierais marchado.<br />
-Aquí arriba hace más frío -comentó Ruby.<br />
-Podríamos continuar la excursión hasta Cedar -sugirió Caleb.<br />
-Primero quiero descansar un poco -dijo Dawn, apoyando su bicicleta en las rocas.<br />
-Deberíamos formar un club de ciclismo -dijo Caleb entusiasmado.<br />
-¿Qué? -Dawn se lo quedó mirando, con los ojos entrecerrados.<br />
-Sí, un club de ciclismo -repitió Caleb sin dejarse desanimar-. Me parece que somos los<br />
únicos de Shocklin Falls a los que nos gusta ir a todas partes en bici, ¿no?<br />
-No me vengas con tonterías, Caleb -dijo Dawn alzando los ojos al cielo-. Vas a todas<br />
partes con ese cacharro de bici porque no tienes dinero para comprarte un coche y tus padres<br />
no se atreven a dejarte el suyo.<br />
-Son unos padres inteligentes -comentó Ruby sonriendo.<br />
-¡Eh, tú, que no es por eso! -protestó Caleb-. Me gustan las bicis.<br />
Dawn hizo una mueca sarcástica.<br />
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