14.05.2013 Views

LA NOVIA MUERTA R. L. STINE

LA NOVIA MUERTA R. L. STINE

LA NOVIA MUERTA R. L. STINE

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Librodot La novia muerta R. L. Stine<br />

rápidamente. Alguien nos estaba observando desde el fondo del pasillo. Me separé de<br />

Jonathan para descubrir quién era, pero el desconocido se apartó rápidamente aunque<br />

conseguí distinguir la imagen de unos cabellos pelirrojos. ¡Era Ruby!<br />

-Ven aquí, Goggles, siéntate en mis rodillas. -Me había pasado diez minutos llamando al<br />

gato desde el sillón, pero el muy testarudo se limitaba a mirarme inmóvil, delante de la puerta<br />

de su guarida, como si estuviera loca-. Muy bien, quédate ahí -dije totalmente harta y<br />

mosqueada-. Si quieres ser un antipático, ése es tu problema, bola de sebo peluda.<br />

Al segundo de haber dicho eso el muy testarudo corrió hacia mí y saltó encima de mis<br />

rodillas. Solté una carcajada.<br />

-Tendré que utilizar estas tácticas más a menudo -le dije, acariciando su pelo suave.<br />

Goggles me soportó durante un minuto y después se esfumó.<br />

Era viernes por la noche y estaba sola en casa. Me sentía inquieta; mis padres estaban en<br />

una fiesta, en la escuela universitaria, y mi hermano Kenny iba a pasar la noche en casa de<br />

uno de sus nuevos amigos.<br />

Daba nerviosos golpecitos en el brazo de la butaca de cuero con los dedos, sin saber qué<br />

hacer. No había nada interesante en la tele. Todavía no teníamos televisión por cable, así que<br />

sólo podía elegir entre tres canales.<br />

Tampoco me apetecía buscar más información para mi trabajo de ciencias sociales. ¿A<br />

quién le apetece ponerse a hacer los deberes un viernes por la noche?<br />

-Goggles, ¿adónde irías tú? -le pregunté, pero enseguida me pareció una enorme<br />

estupidez plantearle mis problemas al gato. Goggles no era la compañía adecuada en ese<br />

momento.<br />

Me levanté, pensando que tal vez podría lavarme el pelo y hacerme un peinado como el<br />

de una modelo que había visto en una foto de la revista Seventeen.<br />

Cuando me dirigía hacia la puerta, me vino de nuevo a la mente la foto de Louisa.<br />

Recordé su pelo. Era tan rubio como el mío, aunque más bonito y ondulado, con una caída<br />

muy natural. Era el típico pelo que no daba dolores de cabeza.<br />

«Bueno, seguro que ahora ya no le da dolores de cabeza -pensé con tristeza-. Está<br />

muerta.»<br />

No pude evitar imaginarme por enésima vez a la pobre Louisa cayendo por las cascadas<br />

con la bicicleta, chillando hasta golpearse contra las afiladas rocas y produciendo un<br />

chasquido estremecedor.<br />

¡No! ¿Por qué no me podía quitar esa horripilante escena de la cabeza? ¿Por qué no<br />

podía dejar de pensar en ella y en su macabra muerte?<br />

«Piensa en algo agradable -me dije-. Aparta a Louisa de tus pensamientos, concéntrate<br />

en algo bueno que te haya ocurrido.»<br />

Entonces me puse a pensar en Jonathan. Me pregunté qué estaría haciendo en ese<br />

momento, si estaría en su casa tan aburrido como yo.<br />

«¡Llámalo, no seas tonta!», pensé.<br />

Me dejé caer en el sillón y descolgué el teléfono. Dudé unos instantes y empecé a<br />

ponerme nerviosa.<br />

«No te lo pienses Annie -me dije-. Llámalo. ¡No pasa nada!»<br />

Con el auricular en la mano, me di cuenta de que no tenía el teléfono de Jonathan. Llamé<br />

a información y lo pedí. Luego, repitiendo el número varias veces para no olvidarlo, lo<br />

marqué rápidamente antes de que me diera tiempo a arrepentirme. Escuché un tono, dos<br />

tonos... Estaba apretando el auricular tan fuerte que me dolía la mano, así que aflojé un poco.<br />

Tres tonos...<br />

«No está en casa -pensé decepcionada-. No contesta nadie.»<br />

Al oír el cuarto, alguien descolgó el teléfono.<br />

- ¿Diga?<br />

Librodot<br />

27<br />

27

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!