Critica 145 - Revista Crítica
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Por gracia del ingenio las frases he -<br />
chas se vuelven otras y se logra el sentido<br />
insólito que las reviste de una nueva<br />
apariencia. El ingenio construye una poé -<br />
tica de la fragmentación porque con los<br />
trozos de expresiones ordinarias se cons -<br />
truye un discurso inesperado, asombroso,<br />
no sólo por el aspecto del significado,<br />
sino también por el lado sensible del significante<br />
donde se pone “a flor de piel” la<br />
musicalidad inherente a la palabra, que si<br />
bien se opaca por el contacto diario esa<br />
misma recurrencia conlleva el aflorar del<br />
sentido musical como una piel que, de tan -<br />
to ser frotada, se despierta volviéndose más<br />
sensible al tacto. De manera tal, esos trozos<br />
de expresiones ordinarias al enunciar -<br />
se del modo peculiar que se expresa en<br />
Una y fugaz se presentan a flor de piel,<br />
es decir, musicalizados, y sin embargo no<br />
sólo se hace festividad sonora, también asis -<br />
timos a reflexiones sobre el lenguaje, co -<br />
mo lo muestra la siguiente estrofa en forma<br />
de retahíla:<br />
Morir, no; dejar de respirar, sí,<br />
dijo el otro,<br />
el que se sentó a la entrada de su tienda<br />
a ver pasar el cadáver de,<br />
el que puso a remojar sus barbas,<br />
el que repetía como merolico<br />
frases a saber en qué idiolecto.<br />
El despertar del sentido sonoro trae<br />
consigo la aparición de ritmos insinuan -<br />
tes que invitan a crear la imagen de una<br />
danza. En el ritmo de los versos, en la en -<br />
tonación de las frases, así como en su res -<br />
piración y en las rimas intermitentes, se<br />
musicalizan las palabras mientras danzan<br />
con retruécanos, con juegos de rima inter -<br />
na o con cambios de vocales, sílabas o<br />
consonantes:<br />
Hay una red entreambos,<br />
de cera y seda delicadas,<br />
que indistingue las fronteras,<br />
los adentros los afueras.<br />
Otra bifurcación que se da en la pala -<br />
bra se manifiesta en la forma del retruéca -<br />
no, un recurso que moviliza la mirada del<br />
lector hasta el vértigo de las interpretaciones:<br />
La mirada de la sombra fija.<br />
La mirada fija de la sombra.<br />
LA VIGILIA DE LA ALDEA<br />
Como se lee al inicio de “Ondas opa -<br />
cas”, poema contenido en “Una”, la pri -<br />
mera sección del libro, o como cierra “En<br />
su origen”, poema del penúltimo apartado<br />
de “Por aire”:<br />
llegó volando, entró gritando, murió llorando,<br />
voló llegando, gritó entrando, lloró muriendo.<br />
Las bifuraciones son aquí posibilidades<br />
de retruécanos, de invertir el orden de las<br />
expresiones, en ocasiones comunes; buscando<br />
sentidos novedosos que derivan en<br />
juegos sonoros inauditos: “mal de ojo, ojo<br />
del mal”.<br />
Pero la frase hecha es una petrificación.<br />
Proveniente de un mítico movimiento en el<br />
que las palabras fluían sin cesar, la frase<br />
hecha queda como el rastro de una osci -<br />
lación: la del habla, que va de lo común<br />
a lo insólito. Unas cuantas formas perma -<br />
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