Critica 145 - Revista Crítica
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LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA MODERNA<br />
nealogía de la moral, puede ser pertinente. Ésta propone una visión de la<br />
sociedad en consonancia, junto con la validación y ratificación de la energía<br />
primitiva, con la creencia de que el arte, y no la ética, constituye la actividad<br />
metafísica esencial del hombre. La teoría de Nietzsche del orden social descar -<br />
ta de sus orígenes cualquier impulso ético —la base de la sociedad debe bus -<br />
carse en la racionalización de la crueldad: tan simple como eso—. Nietzsche<br />
no tiene ningún objetivo utópico al decir esto, ninguna expectativa de alterar<br />
la esencia del orden social, aunque piensa que su aflicción pueda mitigarse.<br />
Presenta la crueldad como una necesidad social, pues sólo mediante su ejer -<br />
cicio pudo el hombre ser inducido a desarrollar la persistencia de la voluntad:<br />
nada más que el dolor de la crueldad pudo crear en la humanidad la memoria<br />
del objetivo que hace a la sociedad posible. El método del cinismo que Nietz -<br />
sche persigue —dejemos claro que es un método y no una actitud— va tan<br />
lejos como para describir el castigo en términos del placer derivado del ejercicio<br />
de la crueldad: “Compensación, dice, consiste en una garantía legal auto -<br />
rizando a un hombre a ejercer la crueldad en otro.” De ahí sigue el notable<br />
pasaje en el que Nietzsche describe el proceso por el cual el individuo vuelve<br />
la crueldad del castigo contra sí mismo y crea la mala conciencia, la concien -<br />
cia de la culpa que se manifiesta como penetrante ansiedad. La complejidad<br />
del pensamiento de Nietzsche va más allá de cualquier comparación, pues en<br />
este libro, que está dedicado a la liberación de la conciencia, Nietzsche hace la<br />
defensa de la mala conciencia como una fuerza decisiva para la cultura. Es<br />
la misma línea de razonamiento que adopta cuando, al atacar la moralidad<br />
judía y la existencia canónica en nombre de la salud del espíritu, nos recuer -<br />
da que sólo por su enfermedad el hombre se hace interesante.<br />
De La genealogía de la moral a La civilización y sus descontentos hay<br />
un solo paso, y algunos podrían pensar, por razones pedagógicas, que el paso<br />
es tan pequeño que vuelve al segundo libro superfluo. Pero aunque la visión<br />
de Freud de la sociedad y la cultura tiene una gran afinidad con la de Nietz -<br />
sche, Freud agrega algunas consideraciones que son esenciales para nuestra<br />
comprensión del carácter moderno.<br />
Para comenzar, plantea la cuestión de si queremos o no aceptar la civi -<br />
lización. No es la primera vez que la paradoja de la civi lización se presen -<br />
ta a la razón de la gente ci vilizada: la sensación de que la civilización hace<br />
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