Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia ...

pero por lo mismo mucho más proporcionado para
gobernar y florecer como se adopten y consagren la
economía, el trabajo, la igualdad legal, la verdadera
libertad, que consiste en hacer cada uno lo que quiera
como en nada ofenda ni al público ni al particular. Esta
es obra que se puede concluir con reposo, madurez y
discernimiento.
Quien reflexione un poco y se desnude de miras
personales conocerá fácilmente esta es una
representación nada conveniente a la miseria y otras
circunstancias del Reino y que únicamente se debe
adoptar por la imperiosa necesidad de no caer en
dominio extraño o cuyo centro este muy distante.
Por fortuna no se embarcó el Excelentísimo Señor
Narváez, que aún antes de alto carácter, como el
de diputado del Reino, reunía en su persona la
instrucción, experiencia, empleos y estimaciones que
son notorias.
Al lado de los actuales funcionarios públicos irán
creciendo en conocimientos y aceptación los que
hayan de sucederles en el glorioso empeño de dar a
nuestro país el grado de población, industria y riqueza
de que es capaz. Para esto tengo por muy conveniente,
entre otras cosas: lo primero, el avecindamiento
y buena acogida de cuantos extranjeros traigan
alguna industria o vengan a entablar ingenios,
desmontar tierras o labrar minas, con tal que se les
aperciba muy a las claras que en palabras y porte
se conformen con la religión del país, y que de éste
no podrán emigrar sin pagar un 25 por 100 de sus
caudales y efectos. La segunda es que se persiga con
el baldón público y privado toda pobreza que no sea
evangélica, sujetándola a ciertas excepciones que
equivalgan a castigos indirectos. El estado eclesiástico
necesita reformas que tienen influjo directo sobre la
prosperidad del Reyno: el sistema de contribuciones
poco tiene que variar pero su cobro es complicado,
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