Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia ...

menos sino confesar de buena fe que dicho manifiesto
está fundado sobre los principios más inconcusos de
la religión, de la justicia, de la equidad y verdadero
patriotismo.
Sobre estos cuatro elementos está sancionada la junta
suprema del Nuevo Reino de Granada, la que haciendo
majestuosa ostentación de ellos, se presentó reunida en
su excelentísimo cuerpo la mañana del domingo 29 de
julio a tributar al Señor en la santa iglesia catedral una
solemne acción de gracias por la especial misericordia
de haberle dado luz y valor para constitucionarse
con tanta felicidad. La brillante pompa de este acto
religioso formó un espectáculo verdaderamente
tierno, magnífico y singular, digno por cierto de una
descripción separada. El clero secular y regular, los
colegios, los empleados públicos, los cuerpos militares,
la nobleza y plebe de ambos sexos formaron un lucido
concurso, dándose recíprocamente los plácemes por
ver concluida sin derramamiento de sangre una obra
tan difícil como inesperada. Los que presidieron en el
altar y junta fueron los dos hermanos, doctor don Juan
Bautista Pey, dignidad de arcediano, gobernador del
arzobispado, y doctor don José Miguel Pey, alcalde de
primer voto y vicepresidente, por no haberse recibido
aún el señor presidente a causa de la prisa con que
han corrido estas cosas. Dijo la oración gratulatoria el
doctor don Santiago de Torres, discurriendo sobre un
tema muy del caso relativo a varios puntos de moral y
política de la mayor importancia que contribuyeron a
la ilustración del público.
Ya el 25 de julio, día del Apóstol Santiago, se habían
puesto en seguridad con todo respeto y consideración
el ex Virrey, teniente general don Antonio Amar, a
quien aunque se le había dado antes el nombramiento
de presidente, ocurrió después un motivo muy justo
para que no siguiese en dicho ministerio. También fue
conducida entre dos vocales eclesiásticos a la clausura
Colección Bicentenario
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