Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia ...

del monasterio de la Enseñanza, su esposa, la señora
doña Francisca Villalba, y arrestados el señor regente
de la Real Audiencia con los demás ministros de este
tribunal, a excepción de dos. Después se dará una
razón más individual sobre este punto en que se
interesa no poco el honor, prudencia y justificación
de los señores vocales de la suprema junta, porque
la intriga, el orgullo y demás viles pasiones tienen
empeño de que estos procedimientos aparezcan bajo
el horrible aspecto de monstruosos atentados. ¡Ah!
Qué malvados o ignorantes son los que no conocen
que este era el único medio de asegurar los sagrados
derechos de la religión, de la patria y de la soberanía
de Fernando VII! Unos ministros que con horroroso
descrédito de la nación española estaban empeñados
en perpetuar a fuerza de terrorismo y tiranía sus
empleos, autoridad, egoísmo y crecidos sueldos, ¿no
habrían profanado la augusta santidad de las leyes
divinas y humanas a fin de mantenerse sobre el trono
del despotismo sostenido hace mucho tiempo por el
fraude y la ambición? Tal es la exacta pintura de lo
que sucedía en la muy noble y muy leal ciudad de
Santafé, antiguo centro del gobierno y centro también
de la más horrible iniquidad en estos calamitosos
días. Impóngase bien los intrigantes apologistas y
entonces la pavorosa admiración los obligará a mudar
de dictamen y de tono.
Ninguno ignora las justas causas y fundados recelos
que motivaron la captura del oidor decano, don Juan
Hernández de Alba y del fiscal de lo civil, don Diego
Frías, que fueron arrestados desde el segundo día de la
revolución. También concurrieron poderosas razones
para la prisión de los señores regente, oidor Carrión
y fiscal Mansilla, ministros de esta Real Audiencia, y
del asesor y secretario del Virreinato con los demás
sujetos particulares que fueron puestos en la cárcel de
corte para formarles a todos sus respectivos sumarios,
56 Colección Bicentenario