Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia ...

los argumentos y votos de la justicia. A ella se le negó
el derecho de mirar por su libertad en el naufragio
común, aún habiendo ofrecido dejar en el íntegro uso
de su jurisdicción a las autoridades constituidas. A ella
se le negó convocar siquiera un cabildo abierto para
consolidar el patriotismo y tomar medidas oportunas
acerca de su defensa contra el declarado enemigo de
la Iglesia y del género humano. A ella se le negó,
con demasiado insulto, que ni aún hipotéticamente
pudiese hablar de independencia, fuese cual fuese el
estado de las cosas. A ella se le negaron, en fin, todos
los recursos que los tiranos más crueles no negaron
jamás a los esclavos más indignos de compasión. ¡Oh
ciudad ilustrísima! ¿quién creyera que tus magistrados
se complacían de verte perecer lo mismo que Nerón
cuando cantaba de júbilo el incendio de Roma desde
su palacio?
No lo dudéis, generaciones futuras ni pueblos remotos,
aunque os parezca imposible cuanto aquí se relaciona.
Creed que la hipérbole no ha tenido lugar en
este escrito, sino que lo ha formado la verdad en el
mismo carácter de su candor, desnuda de todo afecto
apasionado. Y sabed también que su autor sólo ha tenido
temor de Dios y no de los tiranos, por cuya razón
ha repetido siempre al frente de ellos con la lengua y
con la pluma: que toda criatura de Godoy, debe ser bien
examinada.
Santafé habría perecido y también la fe católica en ella,
si no hubiese estado alerta sobre esta importantísima
prevención. Sabemos sin la menor duda, que el infame
favorito elegía los suyos sin más mérito que el de su
propia identidad, ni otra recomendación que el gusto
y capricho de aquella mujer escandalosa, indigna de
rivalizar con la serenísima. Princesa de la Paz. Todo
esto no basta saberlo solamente, sino reflexionarlo
muy despacio sin perder de vista la conducta de los
empleados y protegidos por le Judas extremeño, tan-
Colección Bicentenario
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