Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia ...

obrar con mayor dignidad y satisfacción del público.
Omito referir las alteraciones acaloradas que hubo
entre varios individuos de la nobleza y del pueblo
relativas a elección de vocales, proscripción de
sujetos, etc., porque sería necesario escribir un tomo
en folio, y yo me he propuesto ser muy lacónico en
esta relación. ¿Quién ha visto jamás que un pueblo
revolucionado con el objeto de mudar de gobierno y
de asegurar su religión y libertad no proceda con el
entusiasmo más ardiente y el más impetuoso tesón
en todos sus designios? Así se verificó por demanda
común, sin poderlo remediar en la captura de los
ministros y funcionarios públicos que concibió habían
procedido de mala fe. Después se dirá el orden con
que éstos fueron presos y el buen tratamiento que se
les ha dado, sin embargo de haberse enferozado el
pueblo contra ellos por la arbitrariedad y despotismo
con que abusaron de su empleo y representación;
principalmente desde la funesta época del trastorno
del gobierno de la península. Sobre estos misterios de
iniquidad se dará presto un manifiesto circunstanciado
a fin de que se conozca en todo el mundo el nimio
respeto, la servil paciencia, la excesiva tolerancia y la
justificadísima razón del pueblo de esta capital y de
sus provincias adyacentes; y entretanto que esto se
realiza, proseguiremos el hilo de nuestra relación.
En el mismo día 21 se repitieron incesantemente los
clamores del pueblo, quien desde la noche anterior
había estado pidiendo la libertad del señor canónigo
magistral, doctor don Andrés Rosillo, al que había
aclamado vocal de la suprema junta. Yo no quiero
detenerme en el pormenor de su prisión, porque no es
artículo esencial de este discurso. Hay predeterminado
un día terrible (quizá muy próximo), en que a la faz del
cielo y de la tierra, a la presencia de los ángeles y de
los hombres aparecerán la inocencia y la malicia en su
propio y esencial aspecto, desnudas de los artificiosos
52 Colección Bicentenario