Descarga completa - Institución Fernando el Católico
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Antonio Gascón Ricao<br />
go, no impide percibir en él un aparejo compacto y continuo propio de<br />
la tradición constructiva d<strong>el</strong> primer románico.<br />
Esto, naturalmente, es decir bien poco desde un punto de vista cronológico.<br />
Como lo es, en otro orden de cosas, que la actual distancia d<strong>el</strong><br />
embarcadero a la orilla más próxima d<strong>el</strong> Ebro sea de 250 metros, y a la<br />
altura sobre su niv<strong>el</strong> de 4 metros, porque no sabemos si <strong>el</strong> cambio de<br />
curso d<strong>el</strong> río a su paso por este punto, que tales dimensiones documentan,<br />
data de diez, de quince siglos…<br />
La inseguridad que a partir de la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo III reinó en<br />
la zona, como en la mayor parte de Hispania, valida la existencia de un<br />
destacamento en lo alto de El Cast<strong>el</strong>lar, compuesto posiblemente por<br />
limitanei, campesinos-soldados que tenían la obligación de defender las<br />
tierras fronterizas que se les había entregado: téngase en cuenta que la<br />
frontera entonces con los pueblos norteños peninsulares —y entre <strong>el</strong>los<br />
los vascones—, refractarios desde siempre a la romanización, pasó a constituirla<br />
una línea defensiva en profundidad de la que formaban parte<br />
tanto cuart<strong>el</strong>es, castros y cast<strong>el</strong>la como las propias explotaciones agrícolas.<br />
Invitan a pensar en un uso ininterrumpido d<strong>el</strong> reducto que en lo alto<br />
de El Cast<strong>el</strong>lar habrían ocupado los limitanei, con fines de vigilancia y<br />
defensivos, la agitación social que ponen de r<strong>el</strong>ieve las revu<strong>el</strong>tas armadas<br />
de campesinos y esclavos, conocidos por bagaudas, que tuvieron lugar<br />
durante los siglos IV y V, y que afectaron en especial al valle d<strong>el</strong> Ebro,<br />
intensificando un proceso ya iniciado de despoblación d<strong>el</strong> campo, como<br />
las incursiones de suevos y vascones a lo largo de este último siglo y, finalmente,<br />
la invasión visigoda en <strong>el</strong> 472: bien pudo ser en este período cuando<br />
se vaciara Castra A<strong>el</strong>ia o quedara cuando menos reducida a un puñado<br />
de familias pero, naturalmente, han de ser las excavaciones que se lleven<br />
a cabo las que determinen si existen restos visigodos, igual que los ya<br />
denunciados en <strong>el</strong> Soto de Santa Inés, y, por tanto, si hubo o no continuidad<br />
de poblamiento.<br />
Tal reducto, apto para ser defendido por dos o tres decenas de individuos,<br />
creemos haberlo identificado en <strong>el</strong> sector occidental de la fortaleza<br />
(3.1) emplazado en pendiente en <strong>el</strong> punto más alto d<strong>el</strong> escarpe, a<br />
unos 130 metros de altitud sobre <strong>el</strong> Ebro.<br />
Constituía su sección más encumbrada algo así como un par de escalones,<br />
en un tramo obrado de cuya contrahu<strong>el</strong>la inferior destacan cinco<br />
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