Descarga completa - Institución Fernando el Católico
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El hechizo de El Cast<strong>el</strong>lar<br />
con <strong>el</strong> título d<strong>el</strong> Cast<strong>el</strong>lar […]. El edificio era grande, y además de una Yglesia perfectamente<br />
adornada, capaz y suficiente […], contenía tres <strong>completa</strong>s habitaciones<br />
con sus respectivas cocinas y numerosas piezas, algunas con sus alcobas y balcones<br />
de yerro, un espaciosísimo refertorio, bodega, caballeriza y cuantas comodid[ade]s<br />
podían imaginarse en un terreno tan quebrado […].<br />
Estaba situado <strong>el</strong> Santuario en un escarpado é inaccesible vericueto, y á la<br />
izquierda d<strong>el</strong> Río Ebro, y frente á la embocadura de Jalón, á cuya derecha desagua.<br />
Diferentes betas de tierra movediza que en toda su superficie se descubren, y facilitan<br />
á las aguas de la cumbre y eminencia filtrarse por las grietas, y á las de los mencionados<br />
Ríos socavar <strong>el</strong> monte, inducían á presagiar una catástrofe, no obstante la<br />
distancia de algunos pasos que mediaban entre <strong>el</strong> edificio, y <strong>el</strong> pretil que se había<br />
construido para hacer más agradable y d<strong>el</strong>icioso aqu<strong>el</strong> sitio […].<br />
Desgraciadamente se realizaron tan tristes pronósticos. El día 24 de Marzo de<br />
1840, á las siete y media de la tarde […], se desprendió una asombrosa porción<br />
d<strong>el</strong> monte, consternando <strong>el</strong> espantoso estruendo á tres ó cuatro jornaleros que se<br />
hallaban á la sazón en la vega, y [a quienes] la casualidad hizo espectadores de tan<br />
terrible acontecimiento. Este sólido edificio era vasto según puede deducirse d<strong>el</strong><br />
buque [= capacidad] que necesitaban las habitaciones cuya descripción he bosquejado,<br />
y á excepción de los restos de una pared que daba al Nort-Este todo él<br />
fue arrancado, y sumido entre multitud de grandes masas de tierra, y soberbios<br />
peñascos […] Sus enormes moles lanzaron á los campos <strong>el</strong> pescado [sic] que <strong>el</strong><br />
Ebro abrigaba en su seno y obstruyeron la corriente […]<br />
Es de destacar que aqu<strong>el</strong> derrumbe arrastró también en su caída la<br />
imagen de la Virgen, que fue recuperada unas horas más tarde, casi milagrosamente,<br />
de entre los escombros por los vecinos de Torres, con la<br />
única pérdida d<strong>el</strong> dedo pulgar de su mano derecha.<br />
Pero más milagrosa es la historia recogida en Aragón, una tierra de castillos<br />
(2000), donde la ermita de la Virgen de El Cast<strong>el</strong>lar se transforma,<br />
por arte de birlibirloque, en la iglesia de San Pedro, y donde la imagen<br />
caída al río «años más tarde apareció entre las aguas», al estilo de la de<br />
Nuestra Señora de la Ola de Pinseque, según recoge <strong>el</strong> padre Faci, en su<br />
Aragón, Reyno de Cristo y dote de María Santísima.<br />
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