20.06.2013 Views

Dinero - Confiar

Dinero - Confiar

Dinero - Confiar

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¿Qué es lo que he oído de un deseo?<br />

—preguntó, acercándose al rey para darle un<br />

beso.<br />

—¡No te acerques! ¡No me toques!<br />

—gritó el rey dando un bote y alejándose de<br />

ella.<br />

Pero su hijo menor, que era demasiado<br />

pequeño para entender sus palabras, corrió<br />

hasta él y lo abrazó por las rodillas.<br />

—Papá, papá, pa…<br />

Su hijo se calló de repente. Sus brazos de<br />

oro rodeaban las rodillas del rey Midas. Su<br />

boquita dorada estaba abierta, pero no emitía<br />

ningún sonido.<br />

Midas corrió hasta su dormitorio y se<br />

encerró con llave. Pero no pudo dormir esa<br />

noche, pues su almohada se transformó en<br />

oro bajo su cabeza.<br />

Se sentía tan hambriento, tan sediento,<br />

tan solo y tan asustado…<br />

—¡Dioses, por favor, llevaos este terrible<br />

deseo! ¡Nunca me imaginé lo que me ocurriría!<br />

—les suplicó.<br />

Se oyó un repiqueteo de cascos y el sátiro<br />

asomó la cabeza por la ventana.<br />

—Intenté decírtelo —regañó al rey.<br />

Midas cayó de rodillas ante él sobre el<br />

suelo de oro. Su túnica de oro se mecía y repicaba<br />

como una campana. Y, al caérsele, su<br />

largo gorro sonó como una olla.<br />

42

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!