La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
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<strong>de</strong>muestran la experiencia. De verte o <strong>de</strong> oyrte <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r por la escalera, parlan lo que estos fingidamente han dicho, en cuyas<br />
falsas palabras pones <strong>el</strong> fin <strong>de</strong> tu <strong>de</strong>seo.<br />
SEMPRONIO.- <strong>C<strong>el</strong>estina</strong>, ruynmente suena lo que Pármeno dize.<br />
CELESTINA.- Calla, que <strong>para</strong> la mi santiguada do vino <strong>el</strong> asno verná <strong>el</strong> albarda. Déxame tú a Pármeno, que yo te le haré vno<br />
<strong>de</strong> nos, e <strong>de</strong> lo que houiéremos, démosle parte: que los bienes, si no son conmunicados, no son bienes. Ganemos todos,<br />
partamos todos, holguemos todos. [90] Yo te le traeré manso e benigno a picar <strong>el</strong> pan en <strong>el</strong> puño e seremos dos a dos e, como<br />
dizen, tres al mohíno.<br />
CALISTO.- Sempronio.<br />
SEMPRONIO.- Señor.<br />
CALISTO.- ¿Qué hazes, llaue <strong>de</strong> mi vida? Abre. ¡O Pármeno!, ya la veo:¡sano soy, viuo so! ¿Miras qué reuerenda persona,<br />
qué acatamiento? [91] Por la mayor parte, por la philosomía es conocida la virtud interior. ¡O vejez virtuosa! ¡O virtud<br />
enuejecida!. ¡O gloriosa esperança <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>sseado fin! ¡O fin <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>leytosa esperança! ¡O salud <strong>de</strong> mi passión, reparo <strong>de</strong> mi<br />
tormento, regeneración mía, viuificación <strong>de</strong> mi vida, resurreción <strong>de</strong> mi muerte! Deseo llegar a ti, cobdicio besar essas manos<br />
llenas <strong>de</strong> remedio. <strong>La</strong> indignidad <strong>de</strong> mi persona lo embarga. Den<strong>de</strong> aquí ad<strong>oro</strong> la tierra que hu<strong>el</strong>las e en lo reuerencia tuya beso.<br />
CELESTINA.- Sempronio, ¡<strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>las viuo yo! ¡Los huessos, que yo soy, piensa este necio <strong>de</strong> tu amo <strong>de</strong> darme a comer!<br />
Pues ál le sueño. Al freyr lo verá. Dile que cierre la boca e comience [92] abrir la bolsa: que <strong>de</strong> las obras dudo, quanto más <strong>de</strong><br />
las palabras. Xo que te estriego, asna coxa. Más hauías <strong>de</strong> madrugar.<br />
PÁRMENO.- ¡Guay <strong>de</strong> orejas, que tal oyen! Perdido es quien tras perdido anda. ¡O Calisto <strong>de</strong>sauenturado, abatido, ciego! ¡E<br />
en tierra está adorando a la más antigua e puta tierra, que fregaron sus espaldas en todos los bur<strong>de</strong>les! Deshecho es, vencido, es,<br />
caydo es: no es capaz <strong>de</strong> ninguna re<strong>de</strong>nción ni consejo ni esfuerço. [93]<br />
CALISTO.- ¿Qué <strong>de</strong>zía la madre? Parésceme que pensaua que le ofrescía palabras por escusar galardón.<br />
SEMPRONIO.- Assí lo sentí.<br />
CALISTO. Pues ven comigo: trae las llaues, que yo sanaré su duda.<br />
SEMPRONIO.- Bien farás e luego vamos. Que no se <strong>de</strong>ue <strong>de</strong>xar crescer la yerua entre los panes ni la sospecha en los<br />
coraçones <strong>de</strong> los amigos; sino alimpiarla luego con <strong>el</strong> escardilla <strong>de</strong> las buenas obras.<br />
CALISTO.- Astuto hablas. Vamos e no tar<strong>de</strong>mos.<br />
CELESTINA.- Plázeme, Pármeno, que hauemos auido oportunidad <strong>para</strong> que conozcas <strong>el</strong> amor mío contigo e la parte que en<br />
mi immérito tienes. E digo immérito, por lo que te he oydo <strong>de</strong>zir, <strong>de</strong> que no hago caso. Porque virtud nos amonesta sufrir las<br />
tentaciones e no dar mal por mal; e especial, quando somos tentados por moços e no bien instrutos en lo mundano, en que con<br />
necia lealtad pierdan a sí e a sus amos, como agora tú a Calisto. Bien te oy e no pienses que [94] <strong>el</strong> oyr con los otros exteriores<br />
sesos mi vejez aya perdido. Que no solo lo que veo, oyo e conozco; mas avn lo intrínsico con los int<strong>el</strong>lectuales ojos penetro.<br />
Has <strong>de</strong> saber, Pármeno, que Calisto anda <strong>de</strong> amor quexoso. E no lo juzgues por eso por flaco, que <strong>el</strong> amor imperuio todas las<br />
cosas vence. E sabe, si no sabes, que dos conclusiones son verda<strong>de</strong>ras. <strong>La</strong> primera, que es forçoso <strong>el</strong> hombre amar a la muger e<br />
la muger [95] al hombre. <strong>La</strong> segunda, que <strong>el</strong> que verda<strong>de</strong>ramente ama es necessario que se turbe con la dulçura <strong>de</strong>l soberano<br />
<strong>de</strong>leyte, que por <strong>el</strong> hazedor <strong>de</strong> las cosas fue puesto, porque <strong>el</strong> linaje <strong>de</strong> los hombres perpetuase, sin lo qual perescería. E no solo<br />
en la humana especie; mas en los pesces, en las bestias, en las aues, en las reptilias y en lo vegetatiuo, algunas plantas han este<br />
respeto, si sin interposición <strong>de</strong> otra cosa en poca distancia <strong>de</strong> tierra están puestas, en que ay so <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> heruolarios e<br />
agricultores, ser machos e hembras. ¿Qué dirás a esto, Pármeno? ¡Neciu<strong>el</strong>o, loquito, ang<strong>el</strong>ico, perlica, simplezico! ¿Lobitos en<br />
tal gestico? Llegate acá, putico, que no sabes nada <strong>de</strong>l mundo ni <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>leytes. ¡Mas rauia mala me mate, si te llego a mí,<br />
avnque vieja! Que la voz tienes ronca, las barbas te apuntan. Mal sosegadilla <strong>de</strong>ues tener la punta <strong>de</strong> la barriga. [96]<br />
PÁRMENO.- ¡Como cola <strong>de</strong> alacrán!<br />
CELESTINA.- E avn peor: que la otra muer<strong>de</strong> sin hinchar e la tuya hincha por nueue meses.<br />
PÁRMENO.- ¡Hy!, ¡hy!, ¡hy!<br />
CELESTINA.- ¿Ríeste, landrezilla, fijo?<br />
PÁRMENO.- Calla, madre, no me culpes ni me tengas, avnque moço, por insipiente. Amo a Calisto, porque le <strong>de</strong>uo<br />
fi<strong>de</strong>lidad, por criança, por beneficios, por ser dél honrrado e bientratado, que es la mayor ca<strong>de</strong>na, que <strong>el</strong> amor <strong>de</strong>l seruidor al<br />
seruicio <strong>de</strong>l señor pren<strong>de</strong>, quanto lo contrario aparta. Véole perdido e no ay cosa peor que yr tras <strong>de</strong>sseo sin esperança <strong>de</strong> buen<br />
fin e especial, pensando remediar su hecho tan árduo e difícil con vanos consejos e necias razones <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong> bruto Sempronio,<br />
que es pensar sacar aradores a pala e açadón. No lo puedo sufrir. ¡Dígolo e ll<strong>oro</strong>!<br />
CELESTINA.- ¿Pármeno, tú no vees que es necedad o simpleza llorar por lo que con llorar no se pue<strong>de</strong> remediar? [97]