La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
cargo ¡que <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> e Sempronio te espulguen! ¡O <strong>de</strong>sdichado <strong>de</strong> mí! Por ser leal pa<strong>de</strong>zco mal. Otros se ganan por malos; yo<br />
me pierdo por bueno. ¡El mundo es tal! Quiero yrme al hilo <strong>de</strong> la gente, pues a los traydores llaman discretos, a los fi<strong>el</strong>es<br />
nescios. Si creyera [126] a <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> con sus seys dozenas <strong>de</strong> años acuestas, no me maltratara Calisto. Mas esto me porná<br />
escarmiento d' aquí a<strong>de</strong>lante con él. Que si dixiere comamos, yo también; si quisiere <strong>de</strong>rrocar la casa, aprouarlo; si quemar su<br />
hazienda, yr por fuego. ¡Destruya, rompa, quiebre, dañe, dé a alcahuetas lo suyo, que mi parte me cabrá, pues dizen: a río<br />
bu<strong>el</strong>to ganancia <strong>de</strong> pescadores. ¡Nunca mas perro a molino! [127]<br />
El tercer aucto<br />
ARGUMENTO DEL TERCER AUTO<br />
Sempronio vase a casa <strong>de</strong> <strong>C<strong>el</strong>estina</strong>, a la qual repren<strong>de</strong> por la tardança. Pónense a buscar qué manera tomen en <strong>el</strong> negocio <strong>de</strong><br />
Calisto con M<strong>el</strong>ibea. En fin sobreuiene Elicia. Vase <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> a casa <strong>de</strong> Pleberio. Queda Sempronio y Elicia en casa.<br />
SEMPRONIO, CELESTINA, ELICIA.<br />
SEMPRONIO.- ¡Qué espacio lleua la barvuda! ¡Menos sosiego trayan sus pies a la venida! A dineros pagados, braços<br />
quebrados. ¡Ce!, señora <strong>C<strong>el</strong>estina</strong>: poco as aguijado.<br />
CELESTINA.- ¿A qué vienes, hijo?<br />
SEMPRONIO.- Este nuestro enfermo, no sabe que [128] pedir. De sus manos no se contenta. No se le cueze <strong>el</strong> pan. Teme tu<br />
negligencia. Maldize su auaricia e cortedad, porque te dio tan poco dinero.<br />
CELESTINA.- No es cosa mas propia <strong>de</strong>l que ama que la impaciencia. Toda tardança les es tormento. Niguna dilación les<br />
agrada. En vn momento querrían poner en efeto sus cogitaciones. Antes las querrían ver concluydas, que empeçadas.<br />
Mayormente estos nouicios amantes, que contra cualquiera señu<strong>el</strong>o bu<strong>el</strong>an sin <strong>de</strong>liberación, sin pensar <strong>el</strong> daño, que <strong>el</strong> ceuo <strong>de</strong><br />
su <strong>de</strong>sseo trae mezclado en su exercicio e negociación <strong>para</strong> sus personas e siruientes.<br />
SEMPRONIO.- ¿Qué dizes <strong>de</strong> siruientes? ¿Paresce por tu razón que nos pue<strong>de</strong> venir a nosotros daño <strong>de</strong>ste negocio e<br />
quemarnos con las cent<strong>el</strong>las que resultan <strong>de</strong>ste fuego <strong>de</strong> Calisto? ¡Avn al diablo daría yo sus amores! Al primer <strong>de</strong>sconcierto,<br />
[129] que vea en este negocio, no como más su pan. Más vale per<strong>de</strong>r lo seruido, que la vida por cobrallo. El tiempo me dirá que<br />
faga. Que primero, que cayga <strong>de</strong>l todo, dará señal, como casa, que se acuesta. Si te pareçe, madre, guar<strong>de</strong>mos nuestras personas<br />
<strong>de</strong> p<strong>el</strong>igro. Fágase lo que se hiziere. Si la ouiere ogaño; si no, a otro; si no, nunca. Que no ay cosa tan dificile <strong>de</strong> çofrir en sus<br />
principios, que <strong>el</strong> tiempo no la ablan<strong>de</strong> e faga comportable. Ninguna llaga tanto se sintió, que por luengo tiempo no afloxase su<br />
tormento ni plazer tan alegre fue, que no le amengüe su antigüedad. El mal e <strong>el</strong> bien, la prosperidad e aduersidad, la gloria e<br />
pena, todo pier<strong>de</strong> con <strong>el</strong> tiempo la fuerça <strong>de</strong> su ac<strong>el</strong>erado principio. Pues los casos <strong>de</strong> admiración e venidos con gran <strong>de</strong>sseo, tan<br />
presto como passados, oluidados. Cada día vemos noueda<strong>de</strong>s e las oymos e las passarnos e <strong>de</strong>xamos atrás. Diminúy<strong>el</strong>as <strong>el</strong><br />
tiempo, ház<strong>el</strong>as contingibles. ¿Qué tanto te marauillarías, si dixesen: la tierra tembló o otra semejante cosa, que no oluidases<br />
luego? Assí como: <strong>el</strong>ado está <strong>el</strong> río, <strong>el</strong> ciego vee ya, [130] muerto es tu padre, vn rayo cayó, ganada es Granada, <strong>el</strong> Rey entra<br />
oy, <strong>el</strong> turco es vencido, eclipse ay mañana, la puente es lleuada, aquél [131] es ya obispo, a Pedro robaron, Ynés se ahorcó.<br />
¿Qué me dirás, sino que a tres días passados o a la segunda vista, no ay quien <strong>de</strong>llo se marauille? [132] Todo es assí, todo passa<br />
<strong>de</strong>sta manera, todo se oluida, todo queda atrás. Pues assí será este amor <strong>de</strong> mi amo: quanto más fuere andando, tanto más<br />
disminuyendo. Que la costumbre luenga amansa los dolores, afloxa e <strong>de</strong>shaze los <strong>de</strong>leytes, <strong>de</strong>smengua las marauillas.<br />
Procuremos prouecho, mientra pendiere la contienda. E si a pie enxuto le pudiéremos remediar, lo mejor, mejor es; e sino, poco<br />
a poco le soldaremos <strong>el</strong> reproche o menosprecio <strong>de</strong> M<strong>el</strong>ibea contra él. Don<strong>de</strong> no, más vale que pene <strong>el</strong> amo, que no que p<strong>el</strong>igre<br />
<strong>el</strong> moço.<br />
CELESTINA.- Bien as dicho. Contigo estoy, agradado me has. No po<strong>de</strong>mos errar. Pero todavía, hijo, es necessario que <strong>el</strong><br />
buen procurador ponga <strong>de</strong> su casa algún trabajo, algunas fingidas razones, algunos sofísticos actos: yr e venir a juyzio, avnque<br />
reciba malas palabras <strong>de</strong>l juez. Siquiera por los presentes, que lo vieren; no digan que se gana holgando <strong>el</strong> salario. E assí verná<br />
cada vno a él con su pleyto e a <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> con sus amores. [133]<br />
SEMPRONIO.- Haz a tu voluntad, que no será éste <strong>el</strong> primer negocio, que has tomado a cargo.<br />
CELESTINA.- ¿El primero, hijo?, Pocas vírgines, a Dios gracias, has tú visto en esta cibdad, que hayan abierto tienda a<br />
ven<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> quien yo no aya sido corredora <strong>de</strong> su primer hilado. En nasciendo la mochacha, la hago escriuir en mi registro, e esto<br />
<strong>para</strong> saber quantas se me salen <strong>de</strong> la red. ¿Qué pensauas, Sempronio? ¿Auíame <strong>de</strong> mantener <strong>de</strong>l viento? ¿Heredé otra herencia?