13.07.2013 Views

La Celestina - 10 reglas de oro para el exito

La Celestina - 10 reglas de oro para el exito

La Celestina - 10 reglas de oro para el exito

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

es la que más la sostiene. Cata, hijo, que, si algo tienes, guardado se te está. Sabe tú ganar más, que aqu<strong>el</strong>lo ganado lo fallaste.<br />

Buen siglo aya aqu<strong>el</strong> padre, que lo trabajó. No se te pue<strong>de</strong> dar hasta que viuas más reposado e vengas en edad complida.<br />

PÁRMENO.- ¿A qué llamas reposado, tía?<br />

CELESTINA.- Hijo, a viuir por ti, a no andar por casas agenas, lo qual siempre andarás, mientra no te supieres aprouechar <strong>de</strong><br />

tu seruicio. Que <strong>de</strong> lástima, que houe <strong>de</strong> verte roto, pedí oy manto, como viste, a Calisto. No por mi manto; pero porque,<br />

estando <strong>el</strong> sastre en casa e tú <strong>de</strong>lante sin sayo, te le diesse. Assí que, no por mi prouecho, como yo sentí que dixiste; más por <strong>el</strong><br />

tuyo. Que si esperas al ordinario galardón <strong>de</strong>stos galanes, es tal, que lo que en diez años sacarás atarás en la manga. Goza tu<br />

[236] mocedad, <strong>el</strong> buen día, la buena noche, <strong>el</strong> buen comer o beuer. Quando pudieres hauerlo, no lo <strong>de</strong>xes. Piérdase lo que se<br />

perdiere. No llores tú la fazienda, que tu amo heredó, que esto te lleuarás <strong>de</strong>ste mundo, pues no le tenemos más <strong>de</strong> por nuestra<br />

vida. ¡O hijo mío Pármeno! Que bien te puedo <strong>de</strong>zir fijo, pues tanto tiempo te crié. Toma mi consejo, pues sale con limpio<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> verte en alguna honrra. ¡O quan dichosa me hallaría en que tú e Sempronio estuuiese<strong>de</strong>s muy conformes, muy amigos,<br />

hermanos en todo, viéndoos venir a mi pobre casa a holgar, a verme e avn a <strong>de</strong>senojaros con sendas mochachas!<br />

PÁRMENO.- ¿Mochachas, madre mía?<br />

CELESTINA.- ¡Alahé! Mochachas digo; que viejas, harto me soy yo. Qual se la tiene Sempronio e avn sin hauer tanta razón<br />

ni tenerle tanta afición como a ti. Que <strong>de</strong> las entrañas me sale quanto te digo.<br />

PÁRMENO.- Señora, ¿no viues engañada?<br />

CELESTINA.- E avnque lo viua, no me pena mucho, que también lo hago por amor <strong>de</strong> Dios e por verte solo en tierra agena e<br />

más por aqu<strong>el</strong>los huessos <strong>de</strong> quien te me encomendó. Que tú serás [237] hombre e vernás en buen conocimiento e verda<strong>de</strong>ro e<br />

dirás: la vieja <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> bien me consejaua.<br />

PÁRMENO.- E avn agora lo siento; avnque soy moço. Que, avnque oy veyas que aqu<strong>el</strong>lo <strong>de</strong>zía, no era porque me<br />

paresciesse mal lo que tú fazías; pero porque veya que le consejaua yo lo cierto e me daua malas gracias. Pero <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong>mos tras él. Faz <strong>de</strong> las tuyas, que yo callaré. Que ya tropecé en no te creer cerca <strong>de</strong>ste negocio con él.<br />

CELESTINA.- Cerca <strong>de</strong>ste e <strong>de</strong> otros tropeçarás e caerás, mientra no tomares mis consejos, que son <strong>de</strong> amiga verda<strong>de</strong>ra.<br />

PÁRMENO.- Agora doy por bienempleado <strong>el</strong> tiempo, que siendo niño te seruí, pues tanto fruto trae <strong>para</strong> la mayor edad. E<br />

rogaré a Dios por <strong>el</strong> anima <strong>de</strong> mi padre, que tal tutriz me <strong>de</strong>xó e <strong>de</strong> mi madre, que a tal muger me encomendó.<br />

CELESTINA.- No me la nombres, fijo, por Dios, que se me hinchen los ojos <strong>de</strong> agua. ¿E tuue yo en este mundo otra tal<br />

amiga? ¿Otra tal compañera? ¿Tal aliuiadora <strong>de</strong> mis trabajos e fatigas? ¿Quién suplía mis faltas? ¿Quién sabía [238] mis<br />

secretos? ¿A quién <strong>de</strong>scubría mi coraçón? ¿Quién era todo mi bien e <strong>de</strong>scanso, sino tu madre, más que mi hermana e comadre?<br />

¡O qué graciosa era! ¡O qué <strong>de</strong>sembu<strong>el</strong>ta, limpia, varonil! Tan sin pena ni temor se andaua a media noche <strong>de</strong> cimenterio en<br />

cimenterio, buscando aparejos <strong>para</strong> nuestro oficio, como <strong>de</strong> día. Ni <strong>de</strong>xava christianos ni m<strong>oro</strong>s ni judíos, cuyos enterramientos<br />

no visitaua. De día los acechaua, <strong>de</strong> noche los <strong>de</strong>sterraua. Assí se holgaua cola la noche escura, como tú con <strong>el</strong> día claro; <strong>de</strong>zía<br />

que aqu<strong>el</strong>la era capa <strong>de</strong> pecadores. ¿Pues [239] maña no tenía con todas las otras gracias? Una cosa te diré, porque veas qué<br />

madre perdiste; avnque era <strong>para</strong> callar. Pero contigo todo passa. Siete dientes quitó a vn ahorcado con vnas tenazicas <strong>de</strong><br />

p<strong>el</strong>acejas, mientra yo le <strong>de</strong>scalcé los çapatos. Pues entrava en vn cerco mejor que [240] yo e con más esfuerço; avnque yo tenía<br />

farto buena fama, más que agora, que por mis pecados todo se oluidó con su muerte. ¿Qué más quieres, sino que los mesmos<br />

diablos la hauían miedo? Atemorizados e espantados los tenía con las crudas bozes, que les daua. Assí era <strong>el</strong>la <strong>de</strong>llos conoscida,<br />

como tú en tu casa. Tumbando venían vnos sobre otros a su llamado. No le osauan <strong>de</strong>zir mentira, según la fuerça con que los<br />

apremiaua. Después que la perdí, jamás les oy verdad.<br />

PÁRMENO.- No la medre Dios más a esta vieja, que <strong>el</strong>la me da plazer con estos loores <strong>de</strong> sus palabras.<br />

CELESTINA.- ¿Qué dizes, mi honrrado Pármeno mi hijo e más que hijo?<br />

PÁRMENO.- Digo que ¿cómo tenía esa ventaja mi madre, pues las palabras que <strong>el</strong>la e tú <strong>de</strong>zía<strong>de</strong>s eran todas vnas?<br />

CELESTINA.- ¿Cómo? ¿E <strong>de</strong>so te marauillas? ¿No sabes que dize <strong>el</strong> refrán que mucho va <strong>de</strong> Pedro [241] a Pedro? Aqu<strong>el</strong>la<br />

gracia <strong>de</strong> mi comadre no la alcançáuamos todas. ¿No as visto en los oficios vnos buenos e otros mejores? Assí era tu madre,<br />

que Dios aya, la prima <strong>de</strong> nuestro oficio e por tal era <strong>de</strong> todo <strong>el</strong> mundo conocida e querida, assí <strong>de</strong> caualleros como clérigos,<br />

casados, viejos, moços e niños. ¿Pues moças e donz<strong>el</strong>las? Assí rogauan a Dios por su vida, como <strong>de</strong> sus mismos padres. Con<br />

todos tenía quehazer, con todos fablaua. Si salíamos por la calle, quantos topauamos eran sus ahijados. Que fue su principal<br />

oficio partera diez e seys años. Así que, avnque tú no sabías sus secretos, por la tierna edad que auías, agora es razón que los<br />

sepas, pues <strong>el</strong>la es finada e tú hombre.<br />

PÁRMENO.- Dime, señora, quando la justicia te mandó pren<strong>de</strong>r, estando yo en tu casa, ¿tenía<strong>de</strong>s mucho conocimiento?<br />

CELESTINA.- ¿Si teníamos me dizes? ¡Cómo por burla! Juntas lo hizimos, juntas nos sintieron, [242] juntas nos prendieron<br />

e acusaron, juntas nos dieron la pena essa vez, que creo que fue la primera. Pero muy pequeño eras tú. Yo me espanto cómo te

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!