La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
SEMPRONIO.- Otras cosas he menester más <strong>de</strong> comer.<br />
CELESTINA.- ¿Qué, hijo? ¡Una dozena <strong>de</strong> agujetas e vn torce <strong>para</strong> <strong>el</strong> bonete e vn arco <strong>para</strong> andarte <strong>de</strong> casa en casa tirando a<br />
páxaros e aojando páxaras a las ventanas! Mochachas digo, bouo, <strong>de</strong> las que no saben bolar, que bien me entien<strong>de</strong>s. Que no ay<br />
mejor alcahuete <strong>para</strong> <strong>el</strong>las que vn arco, que se pue<strong>de</strong> entrar cada vno hecho moxtrenco, como dizen: en achaque <strong>de</strong> trama<br />
[198] etc. ¡Mas ay, Sempronio, <strong>de</strong> quien tiene <strong>de</strong> mantener honrra e se va haziendo vieja como yo!<br />
SEMPRONIO. (Aparte).- ¡O lisonjera vieja! ¡O vieja llena <strong>de</strong> mal! ¡O cobdiciosa e auarienta garganta! También quiere a mí<br />
engañar como a mi amo, por ser rica. ¡Pues mala medra tiene! ¡No le arriendo la ganancia! Que quien con modo torpe sube en<br />
lo alto, más presto cae, que sube. ¡O que mala cosa es <strong>de</strong> conocer <strong>el</strong> hombre! Bien dizen que ninguna mercaduría ni animal es<br />
tan difícil! ¡Mala vieja, falsa, es ésta! ¡El diablo me metió con <strong>el</strong>la! Más seguro me fuera huyr <strong>de</strong>sta venenosa bíuora, que<br />
tomalla. Mía fue la culpa. Pero gane harto, que por bien o mal no negará la promessa.<br />
CELESTINA.- ¿Qué dizes, Sempronio? ¿Con quien hablas? ¿Viénesme royendo las haldas? ¿Por qué no aguijas?<br />
SEMPRONIO.- Lo que vengo diziendo, madre mía, es que no me marauillo que seas mudable, que [199] sigues <strong>el</strong> camino <strong>de</strong><br />
las muchas. Dicho me auías que diferirías este negocio. Agora vas sin seso por <strong>de</strong>zir a Calisto quanto passa. ¿No sabes que<br />
aqu<strong>el</strong>lo es en algo tenido, que es por tiempo <strong>de</strong>sseado, e que cada día que él penasse era doblarnos <strong>el</strong> prouecho?<br />
CELESTINA.- El propósito muda <strong>el</strong> sabio; <strong>el</strong> nescio perseuera. A nueuo negocio, nueuo consejo se requiere. No pensé yo,<br />
hijo Sempronio, que assí me respondiera mi buena fortuna. De los discretos mensajeros es hazer lo que <strong>el</strong> tiempo quiere. Assí<br />
que la qualidad <strong>de</strong> lo fecho no pue<strong>de</strong> encubrir tiempo dissimulado. E más que yo sé que tu amo, según lo que dél sentí, es<br />
liberal e algo antojadizo. Más dará en vn día <strong>de</strong> buenas nueuas, que en ciento, que an<strong>de</strong> penado e yo yendo e viniendo. Que los<br />
ac<strong>el</strong>erados e súpitos plazeres crían alteración, la mucha alteración estorua <strong>el</strong> <strong>de</strong>liberar. Pues ¿en qué podrá <strong>para</strong>r <strong>el</strong> bien, sino en<br />
bien e <strong>el</strong> alto mensaje, sino en luengas albricias? Calla, bouo, <strong>de</strong>xa fazer a tu vieja. [200]<br />
SEMPRONIO.- Pues dime lo que passó con aqu<strong>el</strong>la gentil donz<strong>el</strong>la. Dime alguna palabra <strong>de</strong> su boca. Que, por Dios, assí<br />
peno por sab<strong>el</strong>la, como mi amo penaría.<br />
CELESTINA.- ¡Calla, loco! Altérasete la complesión. Ya lo veo en ti, que querrías más estar al sabor, que al olor <strong>de</strong>ste<br />
negocio. An<strong>de</strong>mos presto, que estará loco tu amo con mi mucha tardança.<br />
SEMPRONIO.- E avn sin <strong>el</strong>la se lo está.<br />
PÁRMENO.- ¡Señor, señor!<br />
CALISTO.- ¿Qué quieres, loco?<br />
PÁRMENO.- A Sempronio e a <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> veo venir cerca <strong>de</strong> casa, haziendo <strong>para</strong>dillas <strong>de</strong> rato en rato e, quando están quedos,<br />
hazen rayas en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o con <strong>el</strong> espada. No sé que sea.<br />
CALISTO.- ¡O <strong>de</strong>suariado, negligente! Veslos venir: ¿no pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cir corriendo a abrir la puerta? ¡O alto Dios! ¡O soberana<br />
<strong>de</strong>ydad! ¿Con qué vienen? ¿Qué nueuas traen? Qué tan gran<strong>de</strong> ha sido su tardança, que ya más esperaua su venida, que <strong>el</strong> fin <strong>de</strong><br />
mi remedio. ¡O mis tristes oydos! Aparejaos a lo que os viniere, que en su boca <strong>de</strong> <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> está agora aposentado [201] <strong>el</strong><br />
aliuio o pena <strong>de</strong> mi coraçón. ¡O!, ¡si en sueño se pasasse este poco tiempo, hasta ver <strong>el</strong> principio e fin <strong>de</strong> su habla! Agora tengo<br />
por cierto que es más penoso al <strong>de</strong>linquente esperar la cruda e capital sentencia, que <strong>el</strong> acto <strong>de</strong> la ya sabida muerte. ¡O<br />
espacioso Pármeno, manos <strong>de</strong> muerto! Quita ya essa enojosa aldaua: entrará essa honrrada dueña, en cuya lengua está mi vida.<br />
CELESTINA.- ¿Oyes, Sempronio? De otro temple anda nuestro amo. Bien difieren estas razones a las que oymos a Pármeno<br />
e a él la primera venida. De mal en bien me parece que va. No ay palabra <strong>de</strong> las que dize, que no vale a la vieja <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> más<br />
que vna saya.<br />
SEMPRONIO.- Pues mira que entrando hagas que no ves a Calisto e hables algo bueno.<br />
CELESTINA.- Calla, Sempronio, que avnque aya auenturado mi vida, más merece Calisto e su ruego e tuyo e más merce<strong>de</strong>s<br />
espero yo dél.<br />
[203]<br />
El aucto sesto<br />
ARGUMENTO DEL SESTO AUTO<br />
Entrada <strong>C<strong>el</strong>estina</strong> en casa <strong>de</strong> Calisto, con gran<strong>de</strong> afición e <strong>de</strong>sseo Calisto le pregunta <strong>de</strong> lo que le ha acontescido con<br />
M<strong>el</strong>ibea. Mientra <strong>el</strong>los están hablando, Pármeno, oyendo fablar a <strong>C<strong>el</strong>estina</strong>, <strong>de</strong> su parte contra Sempronio a cada razón le pone