La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
La Celestina - 10 reglas de oro para el exito
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
PÁRMENO.- Señor.<br />
CALISTO.- Acompaña a esta señora hasta su casa e vaya con <strong>el</strong>la tanto plazer e alegría, quanta comigo queda tristeza e<br />
soledad.<br />
CELESTINA.- Que<strong>de</strong>, señor, Dios contigo. Mañana será mi bu<strong>el</strong>ta, don<strong>de</strong> mi manto e la respuesta vernán a vn punto; pues<br />
oy no huvo tiempo. E súfrete, señor, e piensa en otras cosas.<br />
CALISTO.- Esso no, que es eregía oluidar aqu<strong>el</strong>la por quien la vida me aplaze.<br />
[231]<br />
El sétimo aucto<br />
ARGUMENTO DEL SÉTIMO AUTO<br />
<strong>C<strong>el</strong>estina</strong> habla con Pármeno, induziéndole a concordia e amistad <strong>de</strong> Sempronio. Trá<strong>el</strong>e Pármeno a memoria la promessa,<br />
que le hiziera, <strong>de</strong> le fazer auer a Areusa, qu' él mucho amaua. Vanse a casa <strong>de</strong> Areusa. Queda ay la noche Pármeno. <strong>C<strong>el</strong>estina</strong><br />
va <strong>para</strong> su casa. Llama a la puerta. Elicia le viene a abrir, increpándole su tardança.<br />
PÁRMENO, CELESTINA, AREUSA, ELICIA.<br />
CELESTINA.- Pármeno hijo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las passadas razones, no he hauido oportuno tiempo <strong>para</strong> te <strong>de</strong>zir e mostrar <strong>el</strong><br />
mucho amor, que te tengo e asimismo cómo <strong>de</strong> mi hoca todo <strong>el</strong> mundo ha oydo hasta agora en absencia bien <strong>de</strong> ti. <strong>La</strong> razón no<br />
es menester repetirla, porque yo te tenía por hijo, a lo menos quasi adotiuo, e assí que imitavas a natural; e tú dasme <strong>el</strong> pago en<br />
mi presencia, paresciéndote mal quanto digo, susurrando e murmurando contra mí en presencia <strong>de</strong> Calisto. Bien pensaua yo<br />
que, <strong>de</strong>spués [232] que concediste en mi buen consejo, que no hauías <strong>de</strong> tornarte atrás. Todavía me parece que te quedan<br />
r<strong>el</strong>iquias vanas, hablando por antojo, más que por razón. Desechas <strong>el</strong> prouecho por contentar la lengua. Óyeme, si no me has<br />
oydo, e mira que soy vieja e <strong>el</strong> buen consejo mora en los viejos e <strong>de</strong> los mancebos es propio <strong>el</strong> <strong>de</strong>leyte. Bien creo que <strong>de</strong> tu<br />
yerro sola la edad tiene culpa. Espero en Dios que serás mejor <strong>para</strong> mí <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante, e mudarás <strong>el</strong> ruyn propósito con la<br />
tierna edad. Que, como disen, múdanse costumbres con la mudança <strong>de</strong>l cab<strong>el</strong>lo e variación; digo, hijo, cresciendo e viendo<br />
cosas nueuas cada día. Porque la mocedad en solo lo presente se impi<strong>de</strong> e ocupa a mirar; mas la madura edad no <strong>de</strong>xa presente<br />
ni passado ni por venir. Si tú touieras memoria, hijo Pármeno, <strong>de</strong>l pasado amor, que te tuue, la primera posada, que tomaste<br />
venido nueuamente en esta cibdad, auía <strong>de</strong> ser la mía. Pero los moços curays poco <strong>de</strong> los viejos. Regísvos a sabor <strong>de</strong> paladar.<br />
Nunca pensays que teneys ni haueys <strong>de</strong> tener necessidad <strong>de</strong>llos. Nunca pensays en enfermeda<strong>de</strong>s. Nunca pensays que os pue<strong>de</strong><br />
faltar esta florezilla <strong>de</strong> juuentud. Pues mira, amigo, que <strong>para</strong> tales necessida<strong>de</strong>s, como [233] estas, buen acorro es vna vieja<br />
conoscida, amiga, madre e más que madre, buen mesón <strong>para</strong> <strong>de</strong>scansar sano, buen hospital <strong>para</strong> sanar enfermo, buena bolsa<br />
<strong>para</strong> necessidad, buena arca <strong>para</strong> guardar dinero en prosperidad, buen fuego <strong>de</strong> inuierno ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> asadores, buena sombra <strong>de</strong><br />
verano, buena tauerna <strong>para</strong> comer e beuer. ¿Qué dirás, loquillo, a todo esto? Bien sé que estás confuso por lo que oy has<br />
hablado. Pues no quiero más <strong>de</strong> ti. Que Dios no pi<strong>de</strong> más <strong>de</strong>l pecador, <strong>de</strong> arrepentirse e emendarse. Mira a Sempronio. Yo le<br />
fize hombre, <strong>de</strong> Dios en ayuso. Querría que fuese<strong>de</strong>s como hermanos, porque, estando bien con él, con tu amo e con todo <strong>el</strong><br />
mundo lo estarías. Mira que es bienquisto, diligente, palanciano, buen seruidor, gracioso. Quiere tu amistad. Crecería vuestro<br />
prouecho, dandoos <strong>el</strong> vno al otro la mano ni aun havría más privados con vuestro amo, que vosotros. E pues sabe que es<br />
menester que ames, si quieres ser amado, que no se tornan truchas, [234] etc., ni te lo <strong>de</strong>ue Sempronio <strong>de</strong> fuero, simpleza es no<br />
querer amar e esperar <strong>de</strong> ser amado, locura es pagar <strong>el</strong> amistad con odio.<br />
PÁRMENO.- Madre, <strong>para</strong> contigo digo que mi segundo yerro te confiesso e, con perdón <strong>de</strong> lo passado, quiero que or<strong>de</strong>nes lo<br />
por venir. Pero con Sempronio me paresce que es impossible sostenerse mi amistad. El es <strong>de</strong>suariado, yo malsufrido:<br />
conciértame essos amigos.<br />
CELESTINA.- Pues no era essa tu condición.<br />
PÁRMENO.- A la mi fe, mientra más fue creciendo, mas la primera paciencia me oluidaua. No soy <strong>el</strong> que solía e assímismo<br />
Sempronio no ay ni tiene en que me aproueche.<br />
CELESTINA.- El cierto amigo en la cosa incierta se [235] conosce, en las aduersida<strong>de</strong>s se prueua. Entonces se allega e con<br />
más <strong>de</strong>sseo visita la casa, que la fortuna próspera <strong>de</strong>samparó. ¿Qué te diré, fijo, <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l buen amigo? No ay cosa más<br />
amada ni más rara. Ninguna carga rehusa. Vosotros soys yguales. <strong>La</strong> paridad <strong>de</strong> las costumbres e la semejança <strong>de</strong> los coraçones