principales leyendas y mitos chilenos - Dean Amory
Compilacion de las leyendas y mitos populares de Chile.
Compilacion de las leyendas y mitos populares de Chile.
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en busca de su hija, dirigiendo sus pasos hacia las orillas del lago, pero no encontró<br />
a la niña. En cambio, sus ojos espantados contemplaron que la "chunga" con la cual<br />
la Huenchula acostumbraba a transportar el agua estaba llena de un líquido rojo<br />
idéntico a la sangre. La hechicera regresó a su casa inundada de llanto y contó a su<br />
esposo el lamentable resultado de su búsqueda.<br />
Pasaron largos meses y el consuelo no<br />
llegaba a la casa materna, en la que sólo<br />
reinaba un ambiente de intensa<br />
amargura. Pero cumplido un año justo<br />
de su misteriosa desaparición y en una<br />
tranquila noche de luna, la Huenchula<br />
se presentó ante sus padres quienes,<br />
estupefactos, contemplaron su imagen<br />
sin convencerse de lo que sus ojos<br />
veían; hasta que las palabras, los gestos<br />
y los brazos de su hija apretaron contra<br />
su corazón a sus queridos progenitores,<br />
que como salidos de un mal sueño, se<br />
mostraron dichosos y felices. Sin<br />
facilitar detalles, la Huenchula les contó<br />
que venía desde remotos lugares y les traía muchos regalos de parte de su esposo,<br />
un poderoso rey, padre de la criatura que muy envuelta llevaba en los brazos y que<br />
depositó en una vasija de madera, donde -según les recalcó- debía permanecer<br />
ajena a las miradas de todos.<br />
Un día, en ausencia de la Huenchula, los ancianos padres no pudieron ni supieron<br />
controlar por más tiempo su curiosidad y destaparon la vasija. Al instante, la<br />
criatura que allí estaba resguardada se transformó en agua. A su regreso la<br />
Huenchula, angustiada por este suceso, huyó del hogar de sus padres, llevándose lo<br />
que quedaba de su hija para reunirse con su esposo, el Millalobo, en el fondo del<br />
mar.<br />
Debido a lo sucedido, la hija de la Huenchur no volvió jamás a su hogar; hecho que<br />
trajo a la Huenchur, gran pena, y culpa. Al pasar el tiempo, consumido por la<br />
angustia, falleció el esposo de la Huenchur. Así, ya enloquecida por todo lo<br />
sucedido, salió a buscar a su hija. Al no encontrarla en el bosque, se acercó al lago<br />
Cucao y se embarcó en un "bongo", y navegó en dirección al río para dirigirse al<br />
mar. Se dice que en el trayecto iba gritando: Cucao Cucao Cucao, Cule (debido a<br />
ello el lago sería llamado Cucao).<br />
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