Capítulo Primero

664 Di: LOS ilIElul1
pequellos lagares; distingue ,;i las cuvas están ó nó hun·
didas en el suelo, as! como los toneles. Deben desecharse
todas estas distinciones. Hw qu~ atenerse á las condicio·
nes re'Jueridas por el arto 1524 para la inmovilizadón por
destinu: ll)s lagares, calderas, alaml.iques, cubas y tondes
son inmuébles si han sido colocados por el propietario para
él servicio del fundo. Hay una ligera dificultad para las
barricas y toneles. Las vasijas para viuo conocidas con el
nombre de cubas son muebles por tal título (1). En cutinto
á los toneles propiamente dichos, hay que distinguir. Pur lo
común el vino se vende con su envase; en este caso los tone·
les sirven al comercifl, y son por consigutente muebles; aqueo
llos al contrario, que se conservan Rn la bodega para recibir
anualmeute los vinos hasta qu~ sean venrlidos, s"o inmue·
hles si el propietario los coloca para la explotación de su
fuodo. No .es oecesario decir que los toneles 'Iue contienen
la bebida del propietario y la da su casa permanecen lIIuebIes,
puesto que sirven para el uso de la persona más bien
que para él fundo. Lo mismo seria respecto á los teneles
del vinicultor no propietario; aunque' determinados á recibir
las cosechas, siguen siendo muebles porque el propie,
tarío es el único que tiene derecho á inmovilizar por des·
tino (2).
La misma distinción se aplica á las calderas y alambiques;
colocados por un propietario para el servicio y la explotación
del fundo, son inmuebles por destino; mientras que,
empleados por un destilador, permanecen inmuebles porque'
no son más que los utensilios de su comercio. El propieta
rio que los coloca ell un fundo los destina al servicio de éso
1 Duranton, t. 4':', p. 52, núrH. 62. Senteacia de casación, de 30 llu
Mayo