Capítulo Primero

DI! LO~ BIENES
tario. Ahora bien, éste no es un motivo de in¡novilización
por destino agrí"ola. La ley ,la á un propietario un medio
de inmovilizar todos los objetos mobiliarios que quiere fijar
perfectamente al f~ndo, y es que los fije por adherencia
material. Esto nos pare"o decisivo. Por consiguiente, nosotros
ni siquiera admitiríamos la mobilización por destino
agrlcola si los arbustos estuviesen c010ca,ios en un invarna
dero. Esta circunstancia en nada modifica los principios que
acabamos de exponer (1).
No hay mns que un raso pn el cual les arbustos se vuelo
ven inmuebles por destino, J es cuando se hallan colocados
en un fundo camerdal para el servicio de este fundo. Tales
serían los laureles y los naranjos colocltdos en el patio
ó en el jardín de un hotel; es verdad que no pu .le drlcirse
de una manara rigurosa que los arbustos sean también ne
cesarios para la explotación del hotel como las máquinas lo
son para el serv!cio1 de una fábrica. Pero en esta mlteria
todo es relativo. La corte de Bruselas ha fallado may bien
que los ohjetos de lujo pue,l~n también colocarse para el
servicio del fundo, cuando éste, t~l como un hotel de primera
categorla, exige ga~tos sumptuarios para llenar el oh
jeto para que se fundó (2).
VI. De las pajas y abonos.
408. Las pajas y lns abonos estún colocados por el arUculo
02~ entre las cosas mobiliarias que el interés de la ag"icultura
inmovilizil. El código coloca las pnjas con los auon0S
para marcar que, en Sil mente, las pajas no se inmovili.
zan sino porque se destinan á cJnvertirse en abonos. Síguese
de aquí, que el \¡P110 y la avena no son inmueblAs
por destino; el texto n1 es aplicable, yel interés del cultivo
1 Demanrc, el/I'N} a/lnlltieo. t. ~o. p. iH7, bis 2.
2 Bmsela., 1"